Opinión
¿Es el auto o el piloto?
Cuando se conoció la noticia de que Agustín Canapino y el Sportteam rompían su vínculo surgieron como interrogantes si el piloto podría ser capaz de seguir logrando cosas importantes en otra estructura que no fuera la que lo consagró campeón, del mismo modo que surgía la intriga sobre si el team de Sergio Polze era lo suficientemente superior al resto como para ganar sin su piloto estrella. Claro, es fácil hablar con el resultado puesto.
Pero lo real es que Canapino ganó la Carrera 1 (según él la más importante, mientras que la otra es para el espectáculo) en las tres primeras fechas y ayer sumó, además, una gran victoria en la Carrera 2 tras remontar diez puestos con grandes maniobras y 50kg de lastre. “¿Se ve fácil de abajo, no?”, repetía el piloto arrecifeño a cuanto micrófono se le acercaba pidiéndole explicaciones por haber alcanzado los récords de pole position y victorias conseguida (igualando las marcas de Omar Martínez y Diego Aventín, respectivamente).
Fácil no, pero pareciera que a sus rivales algo les falta. Se terminan los elogios, los sinónimos, los juegos de palabras. Ya casi que no sabés que preguntarle cuando le vas a hacer una nota. Te dan ganas de poner el micrófono y que diga lo que quiera.
Con 50kg superó a diez rivales en un trazado donde la mayoría asegura que es imposible pasar. Y ganó. Dos veces en la misma mañana ganó. El trabajo del equipo Midas se muestra a la altura del piloto. Le entrega un auto con el que Canapino sabe que tiene un arma letal para sus contrincantes y que tiene que saber administrar para llevarse los laureles. En su grupo de mecánicos, cuando le preguntás como hace, sin pudor te dicen “Con este animal todo es más fácil”. No más preguntas señor Juez.
En la otra esquina, el Sportteam parece haber perdido solo un gran soldado. Con la llegada de Norberto Fontana pensaban suplir esa baja, pero el ex F1 aún no pudo conseguir aquellos resultados. Incluso el sábado, el auto de Polze estuvo a nada de quedarse con la pole pero un error de Fontana lo dejó en el último puesto de la Q3. El domingo en la primera carrera las cosas no salieron como pensaban pese a tener muchos menos kilos que Canapino, y largando último la Carrera 2 llegó en quinto lugar. ¿Y si Fontana largaba adelante, hubiera ganado? Si mi viejo hubiera nacido en Africa, seguramente yo sería africano.
Lo real es que el auto del Sportteam se muestra por demás competitivo y supo llegar al podio en Paraná, pero no tiene a quien sabía guiarlo a cruzar la línea de sentencia viendo flamear la bandera a cuadros en primer lugar: Agustín Canapino.
Ahora, con las cartas sobre la mesa, aquella longeva discusión de si el que hace la diferencia es el piloto o el auto parece estar saldada con un juicio salomónico: Los dos a la final. La conjunción perfecta entre un gran piloto y un gran auto no tienen rival. En la época de oro de Ferrari con Michael Schumacher muchos le atribuían el poderío a la Casa de Maranello, otros al sobrado nivel del “Kaiser”. Lo real es que entre ambos llevaron a la Scudería Ferrari a la gloria, donde reinaron por varias temporadas. No cualquiera hubiera hecho eso posible con esa máquina, ni “Schumi” pudo haber logrado lo mismo con cualquier auto.
A muestras vista, los números hablan por si solos: con solo tres fechas disputadas (y seis finales) Canapino marcó dos poles, ganó cuatro carreras, tiene 125 puntos y supera a Matías Rodríguez por 38 unidades, lleva acumulados $ 160.000 en premios, y este fin de semana logró también se convirtió en recordman histórico de la categoría con 25 poles y 29 victorias.
