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Falleció Nelson Di Fonzo, "El señor de los motores".

Falleció en Tres Arroyos Nelson Di Fonzo, recordado mecánico, preparador y artesano del automovilismo que tuvo un destacado paso por el Turismo Carretera en la década de los '80 con Diego Vassolo y posteriormente con Silvio Oltra. Múltiple campeón en categorías zonales con Raúl Edgardo Lavari y Vassolo, Di Fonzo tenía 82 años,y fue uno de los más dignos representantes del especialista apasionado que desde una ciudad del interior y de la mano de horas de trabajo en su taller, llegó a los primeros planos con pilotos de renombre.
Falleció Nelson Di Fonzo, "El señor de los motores".
Falleció Nelson Di Fonzo, "El señor de los motores".

Nelson Di Fonzo uno de los más reconocidos preparadores de Tres Arroyos dejó de existir esta mañana a los 82 años. Con varios campeonatos a nivel zonal en la década de los '80 desembarcó en el Turismo Carretera con una Dodge con la que corrió Diego Vassolo. También estuvo en la preparación del auto de Silvio Oltra. Desde muy joven se destacó como tornero y rápidamente se ligó a los autos de carrera comenzando con la famosa "Betty" de Segundo Taraborelli. Logró los títulos de Mar y Sierras con Diego Vassolo y posteriormente con Raúl Edgardo Lavari.

Nelson Pablo Di Fonzo, fue mecánico preparador que por más de medio siglo siguió ajustando alguna tuerca. Una historia plagada de alegrías y sinsabores en el automovilismo deportivo, por ello para los tresarroyenses Nelson será el señor de los motores. En una larga entrevista con “El Periodista” de Tres Arroyos, Di Fonzo repasó en primera persona cada etapa de su vida, desde sus comienzos con algunos trabajitos para “El Cholo” Taraborelli y la Betty, hasta el armado de una Dodge y luego un Ford para correr en el TC de los ‘80 y principios de los ‘90, sus autos, sus pilotos y sus compañeros de taller.

Nelson Pablo Di Fonzo había nacido el 15 de marzo de 1935 y luego de su adolescencia se hizo amante de los fierros. Según contaba el propio Di Fonzo, “Taraborelli (piloto de la recordada Betty) terminaba las carreras casi siempre con las bielas fundidas, entonces me consultaron y les hice un trabajo muy grande en las bielas y no se fundieron más, entonces me gané la confianza de todo el equipo a tal punto que el piloto decía ‘si el petiso no está no se arma el motor’, sin dudas le había gustado mi trabajo y así empecé a ligarme al automovilismo”.

En 1968 armó su propio taller con Marchi y empezó con la firma Di Fonzo y Marchi. “La barra del taller, de los que iban a tomar mate y comer tortas fritas decidieron armar un Ford T y así empezamos con Diego Vassolo, que fue el piloto de aquel Ford T. Después llegó el turno de ‘El Gaucho’ Larriestra, primero fue un V8 y después el Falcon, le hice cosas interesantes y nunca pudo ganar, dos veces estuvo cerca, una la perdió por culpa del equipo que le puso un aviso que iba ganando muy fácil en Allen, pero cuando llegó había perdido, aflojó tanto que perdió el primer puesto; la otra fue en La Plata donde también se quedó con las ganas, a veces se notaba que no teníamos los medios”.

Los cambios en el automovilismo

Contaba Di Fonzo: “Todo fue cambiando en el Turismo Carretera y en el automovilismo en general, con la información. Lo ayudé un poco a Pascual García, él había hecho un cuadrado para Mar y Sierras, tenía un motor Tornado que nos dio mucho trabajo. Después fue el turno del motor V8 de ‘El Loco’ Lavari, también se rompía mucho hasta que le encontramos la vuelta, dejó de romperse, andaba muy fuerte. Luego vivimos la mejor historia con Diego Vassolo, hicimos el Mar y Sierras que tiene una linda historia, corrían todos Chevrolet 4 litros, casi era una Monomarca, entonces se me ocurrió hacer un Falcon de 3 litros, teníamos mucha diferencia de peso. Entonces Edgar Pérez nos prestó el Mar y Sierras, que tenía un V8, se lo sacamos y le metimos nuestro motorcito, la gente nos decía que ‘¿con esta cosita les querés ganar?’, y nos metimos en el campeonato de 1978, había muchos autos y nosotros ganábamos casi siempre los repechajes”.

La llegada al TC

“La peña quiso correr en TC, claro que yo era el impulsor y el gran culpable de todo, no sabíamos que hacer si un Ford, o un Chevrolet y terminamos comprando una Dodge Polara de un empleado de CELTA. De un auto de calle había que hacer un auto de carrera, quedaron las chapitas nada más, tuve mucha ayuda de gente a la que siempre hay que agradecerles, del motor servía la tapa de cilindro con alguna reforma y muy pocas cosas más, el volante con reformas, el block era viejo y no andaba para la categoría, compramos uno nuevo, reformamos el cigüeñal como había que hacerlo”.
“Este Dodge fue el auto más destacable de toda mi historia, yo hacía Ford y me metí con un motor que poco conocía, lo hicimos andar después de mucho trabajo, ese mismo auto lo corrió Angel Di Nezio y alcanzó a ir primero en la carrera de La Plata con todos los cucos en el año ‘86, fue aquella trágica carrera en la que Miguel Atauri atropelló a gente del público y la ACTC clasificó como llegaron los autos después del accidente no en la vuelta anterior, y Di Nezio se encontró con el accidente por lo que frenó, entonces como había largado en la cuarta fila tenía otros autos adelante que al pasar sin inconvenientes por el lugar le ganaron por tiempo, protestamos pero no nos dieron bolilla”.
“De casualidad nos conectamos con Silvio Oltra, fuimos a ver una carrera con Durando y Di Luca y hablamos con el mecánico de Oltra, un tal Benavídez, este hizo la conexión y el lunes nos vimos en Vicente López, donde Oltra dijo ‘lo pruebo y si me gusta corremos’, la prueba se hizo en Balcarce, le gustó y corrió desde el ‘88 hasta el ‘91, no pudo ganar pero fue muy protagonista, vivimos momentos muy lindos”.
“Antes que terminara nuestra relación con Oltra, vendimos el Dodge a Alejandro Occhionero y compramos un Falcon que también corrió Oltra”, evocó. "Este Ford lo corrió también Walter Hernández, de quien me considero el padrino, porque tenía ganas de correr y nadie le daba un auto, hasta que lo llamé y le di el Falcon de nosotros, anduvo bien y apareció el Trepat y le dieron el auto con el que después salió campeón en el TC”.

El fallecimiento de Di Fonzo, termina con otro artesano de los motores, mecánico de raza que con pocos recursos pero con el empuje y la pasión desde su taller de Tres Arroyos alcanzó brillo en el Turismo Carretera. Se lo va a extrañar...

 

Fuente:El Periodista de Tres Arroyos

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