Opinión
Rossi, el misil que dio en el blanco
Para Matías Rossi no fue un triunfo más. El piloto de Del Viso necesitaba lograr una victoria contundente como la qué logró ayer en Paraná. Fue el candidato desde el inicio de la actividad. No se lo podía escapar y no se le escapó. Rossi volvió a ser Rossi, el piloto temible y a tener en cuenta.
La victoria conseguida es la segunda con Fod pero la primera en una carrera convencional. La única que había logrado fue la disputada en Olavarria, con cambio de neumáticos, 2017. La de ayer fue totalmente distinta y en otro contexto. Matías debía quedarse con todo lo que había en juego para poder meterse en la Copa de Oro. Lo logró.
La sonrisa al bajarse del auto lo decía todo. El abrazo con sus colaboradores y amigos fue tan grande como las ganas que tenía de obtener un nuevo triunfo del TC. A partir de ahora el panorama es otro y lo sabe. A diferencia del año pasado, que también entró al Play Off, el auto de esta temporada es totalmente distinto. Se muestra más confiable y contundente. En el circuito del Club de Volantes entrerrianos nunca perdió el ritmo. El Ford mantuvo una línea y nunca corrió riesgos.
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A la nueva definición Matías Rossi no entró por la ventana. Entró por la puerta grande. Estuvo rápido, preciso, súper concentrado, y con un equipo que está afianzado. Ni hablar de Rody Agut. El preparador le entregó un motor muy competitivo y de esa manera logró la primera victoria con dicho piloto.
En la Pedrera, San Luís, arrancará la parte final del torneo 2018. Tanto Rossi como los Ford se fueron de la capital entrerriana con mucho optimismo. Matías con su triunfo consiguió sacarse esa presión que en el TC tanto pesa. Ahora inicia la segunda parte de manera distinta. Tan distinta como su auto que logró llegar al nivel que todo el conjunto quería.
Matías Rossi se fue de Paraná feliz. No solo por haber ganado y entrado a la copa, sino porque su Falcon encontró un horizonte. Eso le deja confianza y le permite soñar en grande. Ayer, el Misil Rossi dio en el blanco y acaparó la mirada de sus rivales. Ellos saben que si mantiene la herramienta que demostró en el cierre de la etapa regular, con un nuevo misilazo puede derrumbar la esperanza de muchos.