Opinión
Silva, sensibilidad y gloria
La sensibilidad hace la diferencia. En una carrera de autos también. Y no me refiero a sensiblería común. sino a la capacidad de un piloto de poder sentir íntegramente su auto, interpretar a su equipo y entender qué carrera está corriendo. En un automovilismo cargado de carreras cortas, con vértigo, explosión y si es posible dos o tres vuelcos en una hora de competencia, la victoria de Juan Manuel Silva en los '1000 kilómetros del TC' recoloca a los pilotos sensibles y con años, en lo más alto, al menos por estos días. Silva tiene experiencia, carreras ganadas, títulos festejados pero por sobretodo tiene un plus logrado con sus años arriba de autos de carrera. Un caso muy parecido al de su escolta ayer Guillermo Ortelli, casualmente de su misma edad y su misma escuela. Desde aquella inicial sensación en un Tulia Crespi de Fórmula Renault en la que salió campeón en 1993, pasando por su experiencia en Japón con autos de Gran Turismo en carreras intensas con mucha potencia y autos 'en serio' que había que aprender a manejar. Ganó en todas las categorìas en las que corrió, con autos de Fórmula o de Turismo. Sofisticados o rústicos. Con 20, con 30 con 40 o con 44 años. Ese camino alimentó a Silva para que termine siendo hoy una de las figuras relevantes del antiguo TC que ayer festejó 80 años. La carrera del autódromo de Buenos Aires fue una clara muestra de que éste tipo de competencias privilegia en los resultados a los más sabios y pensantes, los más experimentados y los más curtidos. Silva y Ortelli en el podio, ambos con tantos campeonatoes encima lo atestiguan. Lo de Silva además, respaldado por sus excursiones europeas con autos de Turismo en las 24 horas de Nurburgring, quizá el trazado más increíble y dificil del automovilismo mundial. O con las largas travesías en el Dakar o en el campeonato de Cross Country en el que el chaqueño ha sido protagonista.
Más alla de las circunstancias propias de una carrera, y teniendo en cuenta que fue una experiencia única para el actual formato de la categorìa. lo de Silva se inscribe como una triunfo histórico en su cosecha personal, como fue aquella de la carrera '1000 del TC'. O como los títulos logrados en TC, TC2000 o rally Cross Country. Ayer aplicó una táctica que le dió resultado con la administración de los neumáticos y del combustible. Y para salir airoso del toque propinado por Gastón Mazzcane que casi le hace perder la carrera. 'Esta clase de carreras hay que entenderlas y saber correrlas' dijo Silva, y había quedado último en el arranque tras ese incidente. Y festejó una vez más en una celebración de la categoría. Porque hay que recordar, que éste no ha sido el único festejo del TC, Hubo otros antes, y tan intensos y emotivos como el de ayer aunque en otro contexto dirigencial y político. También cumplió 50, 60 y 70 años, vale aclararo. En el Ford ganador fue acompañado por Juan Tomás Catalán Magni, una joven promesa que viene con el empuje propio de los de su edad y tuvo la chance de manejar un auto que Silva se encargó de cuidar más que el suyo particular. Muy buen papel del jovencito que en una sola carrera logró lo que su padre Julio César (hoy Senador Nacional por Tierra del Fuego del Frente para la Victoria) no pudo hacer en toda su larga trayectoria en el TC: ganar. Silva ganó una carrera que será recordada por mucho tiempo. Gracias al ingreso del Pace Car las diferencias quedaron como en una carrera normal, sin considerar que fue un maratón de largo aliento. Final feliz para la serie de festejos del TC. El autódromo volvió a tener muchísimo público como suele ocurrir con los grandes acontecimientos y el TC reivindicó a una de sus figuras a las que el paso del tiempo ha enriquecido.
Porque Silva maneja tan bien como siempre, pero ahora agrega en su destreza todo su aprendizaje, su conocimiento y en especial su sensibilidad arriba de un auto para saber a ganar las carreras dificiles.
