TC2000
Asuntos internos
En 2014, cuando Peugeot logró todos los títulos que había en juego, la rivalidad entre Agustín Canapino y Néstor Girolami fue una de las vedettes de la temporada. Lejos de ser contraproducente le dio una arista más a la promoción del equipo, incluso fuera de los autódromos con la afamada película “Duelo de Leones”.
Este año la rivalidad continuó, pero el beneficio parece haberse agotado. Las disputas en Rafaela y el Callejero de Santa Fe le restaron puntos por demás importantes a la escuadra del león francés, a punto tal que hoy si bien tienen a Girolami al frente del Campeonato de Pilotos no dominan el Campeonato de Equipos, aunque si el de Marcas.
Pero no todo pasa por Peugeot. Los últimos acontecimientos dan cuenta de más rivalidades en el seno de una misma estructura. Por caso, las diferencias presentadas en Roca entre Facundo Chapur y José Manuel Urcera encendieron la señal de alerta en Fiat.
La acción que terminó privando a Chapur de un buen resultado, los dichos de ambos, y las declaraciones del director deportivo de la marca italiana Jorge Rizzuto sobre las dificultades de Urcera para trabajar en equipo, presentaron un panorama sin retorno para las aguas calmas en la escuadra.
Un poco más calmo se ve el horizonte en Renault, pero no por eso menos tumultuoso. Sabido es que Leonel Pernía tiene “privilegios” de No1, cosas que a Emiliano Spataro no le agradan y por eso para 2016 pasaría a formar parte del team de Sergio Polze, también representando al rombo.
Spataro entiende su rol, obedece sin titubear las órdenes de equipo y juega a favor de Pernía cuando se lo solicitas, pero eso no implica que le agrade jugar el papel de fiel escudero sin poder ser él quien pugne por la corona y reciba la ayuda de los demás. Y lo hace saber.
Si bien hoy por hoy nada en una tranquilidad respetuosa, Chevrolet no queda al margen de estas cuestiones. En 2014 Franco Vivian quedó algo resentido con Norberto Fontana por un toque entre ambos en Codegua, Chile.
El origen estuvo hace varios años, cuando Vivian y Nicolás Trosset, sobrino de Norber, definieron el título de Fórmula Renault que terminó en poder de Nicky por una maniobra de un tercero que perjudicó a Vivian. Eran muy amigos entre ellos, pero no hubo muestras de solidaridad y algo se rompió. Por añadidura, la relación con Fontana era distante.
El año pasado cuando tenían que definir el título, Fontana tuvo un encontronazo con Vivian en Chile, la interna se encendió y ese episodio pudo haberles costado la butaca a ambos si por el equipo fuera. Hoy no hay mala convivencia. No es excelente, pero tampoco conflictiva.
Toyota, si. Lejos de todo aparece la casa nipona. Sus pilotos Matías Rossi, Esteban Guerrieri, Matías Milla y Rafael Morgenstern no solo se muestran solidarios en pista y en boxes, también parecen haber conformado entre los 4 una suerte de grupo de amigos de la infancia que siguiera vigente en la actualidad, compartiendo incluso una vida alejada de los autódromos.
No es solo la filosofía del equipo. Es el grupo, la onda que hay entre ellos se palpa en el ambiente cuando ingresás al box, cuando vas a la conferencia de prensa o en los eventos de los sponsors, incluso en lo que dejan ver de sus vidas privadas en las redes sociales o en los festejos cuando alguno de ellos tiene un buen resultado, como lo fuera con Rossi y su victoria los 200km de Súper TC2000 en La Pampa donde recibió el abrazo sentido de sus compañeros en el paredón de boxes.
Las rivalidades dentro de los equipos no son algo de esta era. Basta con recordar a Alain Prost y Ayrton Senna, o Carlos Reutmann vs Alan Jones, como botones que sirven de muestra de que son algo inevitable.
La pregunta entonces es… ¿Se puede trabajar en equipo en un deporte tan competitivo e individualista como el automovilismo?