Turismo Carretera
“No gano por la economía de mi familia”
Habla bajito, pero va rápido arriba de los autos. Derrocha serenidad, aunque es temperamental. Y transmite humildad, a pesar del poderío económico de su familia que le permite tener una vida con comodidades y desarrollarse en una actividad donde el éxito se alcanza más fácil con dinero. José Manuel Urcera es uno de los pilotos del momento. Ganador de la carrera de los dos millones de Rafaela y puntero de los campeonatos del Turismo Carretera y Turismo Nacional.
El piloto oficial Honda del Súper TC2000 recibió a carburando.com en su departamento de Puerto Madero. Allí vive desde que en 2015 saltó al automovilismo grande. “Es más cómodo para viajar a las carreras y estar en contacto con los equipos”, explica más allá de su contacto permanente con Cipolletti y Neuquén donde viven sus padres, sus amigos y su novia. En la intimidad de su hogar, un Urcera distendido se prestó para hablar de sus inicios, de su crecimiento como piloto, los prejuicios y de su gran presente en una interesante entrevista.
-Carburando: ¿Cómo vivís este gran presente en el automovilismo?
-Urcera: Es muy lindo. Cuando andás bien te dan ganas de seguir entrenando. Pero a la vez, soy consciente que no es normal y que en algún momento no voy a andar tan bien y tengo que estar preparado para cuando suceda.
-C: Sos relativamente nuevo en el automovilismo. ¿Das ventaja por no haber tenido tu etapa de formación como el resto de tus rivales?
-U: Ya no. Al principio, sí. Pero yo soy piloto desde que tengo uso de razón. Yo empecé a correr en moto a los 4 años y medio. La moto es brava, más difícil que el auto. Es muy técnica. La moto pasa a un segundo plano y el piloto es el 70 por ciento. En la moto tenés que ir a fondo, todo de costado. Y en el auto por ahí cuanto más lento hacés una curva es mejor. Hay que ser más prolijo. Ese chip lo tuve que cambiar. Estaba re loco. A mí me decían que no hiciera a fondo un salto e iba y lo hacía. Cuando corrí mi primera carrera en autos le pegué a todos y me echaron.
-C: ¿Qué importancia le diste a los dos millones de pesos de premio que ganaste en Rafaela?
-U: No pensé en todo el fin de semana en los 2 millones de pesos de premio. Pero en el último relanzamiento dije: “En esta maniobra me juego el premio”. Y es un montón de plata. En un presupuesto de 14 millones al año que se necesitan para el TC, dos millones es mucho dinero.
-C: ¿Sentís que se te valora poco como piloto por el poderío económico que tenés detrás?
-U: En el ambiente hay prejuicios por eso. Pero yo no voy a ganar por la economía de mi familia. Eso no me da ningún beneficio para andar mejor o peor. Cada vez lo necesito menos. La gente se arma una imagen de mí que no es la real. Se piensan que soy de una manera y cuando me conocen se dan cuenta que soy distinto. Pero no puedo andar con un cartel colgado diciendo cómo soy.
-C: ¿Creés que te estás ganando de a poco el reconocimiento de la gente?
-U: Hoy tengo más reconocimiento que antes. Trato de atender a la gente que viene a saludarme al box, porque el público hace mucho esfuerzo para ir a las carreras.
-C: ¿Cómo manejás tu temperamento?
-U: Soy temperamental. Trato de estar a full en la pista, pero cuando baja la bandera a cuadros ya está. Antes me quería bajar para agarrarme a piñas. Hoy fui entendiendo que no es así. No se puede tener muchos amigos en el automovilismo. Trato de tener una relación cordial con todos. Es un deporte individualista donde el que pierde no está contento.
-C: Tuviste cruces fuertes con Facundo Chapur, Agustín Canapino, el último con Matías Milla en Villicum…
-U: (Risas)… El Negro Milla me llamó después de Rafaela y me dijo: “Aunque estés enojado, te felicito porque te manejaste todo”. Y le dije que no se puede bajar a pelear como en Villicum. Tenemos una gran relación, pero está loco el Negro… je. Con (Matías) Rossi nos tocamos y a la otra carrera nos cruzamos y nos saludamos todo bien. Ya está. Con Canapino tenía buena relación, pero en San Nicolás se portaron mal él y su familia. A la gente la conocés más en las malas que en las buenas.
-C: ¿Te ves festejando un campeonato a fin de año?
-U: Ojalá festeje dos campeonatos… je. Falta mucho. Es difícil. Generalmente el que viene primero a principio de año no termina siendo campeón. El año pasado Canapino venía siendo líder en los tres campeonatos y terminó ganando uno y de casualidad. El que marca la diferencia es como la zanahoria. Y lo normal es que la alcancen a la zanahoria y no que se aleje más. Hoy mi posición es inmejorable y tengo que disfrutarlo y trabajar para mantenerlo.
