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René Dreyfus, el piloto judío que le ganó a los Nazis

Un piloto judío, una heredera norteamericana y un fabricante de automóviles francés se unieron para vencer a Hitler

René Dreyfus, el piloto judío que le ganó a los Nazis
René Dreyfus, el piloto judío que le ganó a los Nazis

Adolf Hitler, anunció que el Tercer Reich dominaría los Grandes Premios y que el gobierno invirtiese fondos en Mercedes y Auto Unión, sus principales pilotos, Rudi Caracciola y Bernd Rosemeyer, arrasaron en la pista con sus autos plateados.

Una mujer llamada Lucy Schell decidió que había que hacer algo, así que lanzó su propio equipo de carreras.

Lucy, una piloto deslumbrantemente buena, tenía dinero para gastar, razones propias para desafiar a los nazis, y la voluntad de reclamar su lugar en un mundo dominado por hombres. 

Para el auto de carreras, eligió al fabricante más inesperado: Delahaye, dirigida por Charles Weiffenbach, la antigua empresa francesa era conocida por producir vehículos sólidos y contundentes, principalmente camiones.

Las carreras parecían un camino para salvar la pequeña empresa.

El piloto del auto, fue René Dreyfus, el que una vez fuese una meteórica promesa, había sido excluido para competir con los mejores equipos en los mejores autos por su herencia judía.

El triunfo sobre los nazis prometía la redención para todos ellosy la carrera inaugural del Gran Premio de Fórmula 1 de la temporada 1938 era una gran oportunidad posible.

Como en innumerables mañanas en la ciudad francesa de Pau, la ciudad se despertó pero esta vez  con flujo regular de automóviles y peatones en su centro.

Algunos, aunque no se atreviesen a decirlo, estaban encantados con la idea de presenciar un accidente en la carrera que se venía.

Nacida en París, única hija de un industrial estadounidense, Lucy Schell podría haber pasado sus días entre el lujo y la riqueza de su familia. En cambio, se ofreció como enfermera durante la Primera Guerra Mundial, y cuando llegó la paz, acudió a los coches de carreras. Ella formó su propio equipo de Grandes Premios, la primera y única mujer en hacerlo, y luego financió con su herencia millonaria la construcción de un coche de Fórmula 1 desde cero.

René Dreyfus había nacido para manejar en competición.. Un accidente cercano a la muerte sobre un Bugatti, y la pérdida de varios amigos de los circuitos, rompieron su confianza. Luego, con el auge del fascismo en Europa, se le prohibió competir en los mejores equipos y coches más rápidos; Maserati, Alfa Romeo y Mercedes, debido a su herencia judía.

 

Una asociación poco previsible con una reina de la velocidad estadounidense y un tambaleante fabricante de automóviles francés, haría que regresase la esperanza, pero para vencer a las flechas de plata, ayudadas por Hitler, René tendría que encontrar un motivo y propósito para arriesgarlo todo. La suya es una historia de fe.

 

Faltaba uno de los nueve vehículos programados para la carrera, y era una de las flechas plateadas. Los mecánicos de Mercedes habían pensando que el motor que cambiaron del coche de Lang funcionaba perfectamente, pero luego, durante la verificación, el ingeniero jefe Rudolf Uhlenhaut descubrió un problema con la bomba de aceite. Era imposible arreglarlo a tiempo. El gerente del equipo, Alfred Neubauer, informó al director de carrera, Charles Faroux, sobre la retirada.

Tanto Nuvolari como Lang se habían retirado, y ninguno de los otros pilotos se había acercado a sus tiempos por vuelta durante los entrenamientos. Para los organizadores, esto era un desastre. Para muchos otros, sin embargo, creó la posibilidad de un duelo épico.

Cuando se acercaban las dos de la tarde, una banda de trompetistas tocaba una melodía tradicional de Palois. Al compás de la melodía, los mecánicos empujaron los coches fuera de los garajes y los guiaban hacia la grilla, ubicada aproximadamente a 100 metros de las tribunas. 

El Mercedes de Rudi Carcciola estaba a la izquierda de la primera fila, el Delahaye de René Dreyfus, a su derecha. 

¡Cinco, cuatro, tres, dos, uno, verde que te quieroi verde!!! y Dreyfus soltó su embrague y el Delahaye saltó hacia delante como un león enjaulado. Caracciola salió más rápido y tomó decididamente la punta con el piloto judío pisándole los talones.

 

Finalmente y luego de un agotador Gran Prix, donde no se sacaron diferencias, con un considerado vetusto Delahaye 145, René Dreyfus logró derrotar al evolucionado Mercedes W154 a pesar de que Caracciola y Hermann Lang se turnaron al volante, después de que el auto del segundo no pudiera tomar la salida. Tras tres agónicas horas y casi diez minutos de carrera, Dreyfus completó las 100 vueltas, aventajando a los alemanes de Mercedes en 1’51’’, y con su compañero de equipo Gianfranco Comotti, en tercera posición, a seis vueltas. Solo seis pilotos consiguieron finalizar la carrera.

Una pequeña victoria lograda por la insistencia de Lucy Schell y René Dreyfus, que logró golpear a los nazis donde más les dolía, en su orgullo supremacista.

Fue la última gran victoria de René Dreyfus, piloto francés nacido en Niza, fallecido en 1993, que sin embargo si tuvo una extensísima presencia en el mundo del motor, compitiendo hasta el año 1955.

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