Turismo Carretera
Crónica de un final inesperado
La profunda revisación técnica del TC no arrancó una vez finalizada la competencia final en Concordia. La misma arrancó el sábado por la tarde cuando un número importante de pilotos se reunieron con el presidente de la categoría, Hugo Mazzacane, y otros miembros de comisión directiva. La presión que ejercieron los protagonistas, algunos más que otros, llevó a que el departamento ejecutivo de la ACTC actuara rápidamente y diera la orden para que se realice un control profundo, y fundamentalmente en autos de la marca Ford.
Pasada la hora 14 y cuando por un lado se atendía a un Matías Rossi descompensado por un golpe de calor, y por otro ofrecían la conferencia de prensa Guillermo Ortelli y Juan Martín Trucco, en el parque cerrado ya se notaba un trabajo muy fuerte en vehículos de TC y TC Pista.
En cuanto a los autos del Óvalo ingresaron a esa zona el de Nico y Próspero Bonelli, el de Juan Manuel Silva y el de Omar Martínez. Junto a ellos los Chevrolet y el Dodge que subieron al podio.
La primera gran diferencia que se notó con respecto a la carrera de La Pampa fue la superpoblación de autos. En 20 días pasamos de una desolada técnica en Toay, a ver más de media docena de autos del TC, y es obvio que lo distinto entre una fecha y otra deja expuesto el control en el TC.
Si hay algo que está claro es que desde hace mucho tiempo preparadores y chasistas mantienen diferencias de criterio con el ingeniero Alejandro Solga, y por lo bajo más de uno lo hace saber. También es claro que las internas en todo grupo de trabajo existen y la ACTC parece no quedar ajena a este tipo de cuestiones.
Las próximas horas serán decisivas para tomar medidas que sean claras y contundentes porque este tipo de cosas no pueden volver a suceder. Sabemos que Mazzacane es de actuar y de analizar fríamente cada paso que da, y en las acciones a tomar no le va temblar el pulso en dejar afuera al o los culpables.
Volviendo a la reunión del sábado por la tarde hay que decir que fue clave y que ahí se pateó el avispero. Al otro día aparecieron picaduras que dejaron marcas profundas, y que tardarán en deshincharse.