TC2000
El ingeniero de Súper TC2000 que triunfa en el Superbike Argentino
El automovilismo y el motociclismo son la base del deporte motor. Desde hace un tiempo a esta parte, ambas disciplina se acercaron en el aspecto técnico y es normal que distintos profesionales se desarrollen en ambas. Un caso de ello es el del Ingeniero Matías Fernández, quien actualmente trabaja en el Súper TC2000 y en el Superbike Argentino.
Fernández encabeza SRS Mecánica, el taller que fundaron sus padres y que a lo largo de la historia se convirtió en una fábrica de hacer campeones. “Nosotros tenemos un taller familiar que arrancó en 1975 de la mano de mis padres César Fernández y Ana María Mattei. Mi viejo siempre fue fanático del deporte motor y arrancó con lo que siempre fue su pasión, que es el motocross. Yo me sumé junto a él y nuestro taller fue evolucionado en cuanto a la competición, ya que con el tiempo pasaron deportistas de la talla de los hermanos Poli”, le dijo el santafesino a Carburando.
Y agregó: “En los 2000, comencé a vincularme con el automovilismo gracias a Adrián Hang y Javier Ciabattari. Empecé haciendo trabajos esporádicos y luego me aboqué prácticamente al 100%, lo cual me alejo un poco del motociclismo. Entonces, le apuntamos fuerte a los autos y arrancamos a hacer asistencia en distintas categorías nacionales. Hoy en día nuestro fuerte son las suspensiones y los amortiguadores”.
Con una parte de su vida dedicada a las dos ruedas, Matías tuvo que atravesar la adaptación lógica para acomodarse en el mundo del automovilismo. “Fue bastante difícil el salto de especialidad porque, en primera instancia, no me conocía nadie y era complejo lograr la confianza de la gente, viniendo de un deporte que era muy distinto. Igualmente, fue un desafío que enriqueció a toda la estructura, no sólo a mí. Además, pude conformar una red de amistad con gente que se ha portado muy bien conmigo y que ha sido muy generosa para que pudiera aprender y crecer”, expresó.
Fernández se mueve por las principales categorías de nuestro país, pero hace unos pocos años, un llamado lo hizo volver al primer amor. Emanuel Aguilar lo contactó para que atienda su Yamaha R6 de Súper Sport 600 y el pasado viernes 21 ganaron de forma contundente en el arranque del Superbike Argentino.
“Nuestro taller siempre tuvo un bajo perfil, pero también allí, nacieron y se formaron muchos campeones del motociclismo nacional. Emanuel pasó por el SRS cuando estaba corriendo en la 50 Escuela del CAM y juntos conseguimos el título argentino en esa categoría. Luego separamos nuestros caminos, pero hará dos años, él decide armar su propia estructura y nos convoca para hacernos cargos del desarrollo y la técnica de la R6. Nosotros nunca habíamos trabajado de forma integral sobre una moto de velocidad, pero aceptamos el reto porque conocemos muy bien a la familia Aguilar”, comentó.
Además, detalló cómo se sumó a la iniciativa Nicolás Góngora, otra de las patas fuertes de la escuadra SRS-NIG. “Hace dos años atrás, le propuse a Javier (Ciabattari) que incorporara al equipo de Súper TC2000 a Nicolás, quien venía trabajando fuerte en electrónica. Le comenté como era la idea para acompañarlo a Emanuel y rápidamente llegamos a un acuerdo para que se sume al proyecto”, describió.
En la misma línea, el ingeniero de 43 años señaló que apunta a poder complementar las dos especialidades para darle un salto de calidad al certamen de velocidad. “Nunca deje de interesarme por la moto, así que esta propuesta de Emanuel no me agarró desactualizado respecto a la actividad. Además, haber trabajado mucho tiempo con el automovilismo, me hizo crecer en mi capacidad de análisis y en la posibilidad de rescatar cosas de la disciplina para aplicarlos a la moto. La idea es conformar un grupo que tenga ganas de crecer y ojala que podamos aportar al motociclismo muchos de los aspectos donde el automovilismo lo supera”, afirmó.
Por otro lado, el santafesino detalló que aspectos pudo usar de las dos ruedas en su trabajo en los autos. “El motociclismo me llevo a trabajar a un cierto nivel en la parte de las suspensiones y cuando me metí en el automovilismo, estaban un par de escalones por debajo en cuanto a complejidad. Ese conocimiento que traía me permitió aplicar soluciones tecnológicas que yo ya había manejado en las dos ruedas y podía utilizarlas en los autos”, puntualizó.
En el final, Fernández trazó un paralelismo de cómo es trabajar con los pilotos de ambos deportes. “Las dos son actividades individuales y los caracteres de los pilotos en las dos disciplinas son similares. Lo que sí existe es una gran diferencia en el aspecto técnico entre una cosa y la otra. En el motociclismo, el piloto tiene una injerencia mayor en el resultado final y en el automovilismo, es algo menor porque debido a la dependencia del auto, el factor humano no es tan determinante a la hora de cambiar el rendimiento”, concluyó.
Proyectos a futuro
El SRS Mecánica siempre tuvo su sede en Santa Fe Capital, pero en los últimos años, la demanda de trabajo hizo que la empresa tenga que agrandar su estructura, por lo cual debieron trasladarse a Monte Vera, una localidad ubicada a 15 kilómetros de la cabecera de la provincia.
Allí, la familia Fernández está alistando un taller modelo, donde realizan la atención integral de motos y vehículos. Además, cuentan con una sala de ensayos totalmente nueva y una renovada área de suspensiones, donde se llevan a cabo todos los trabajos de desarrollo de amortiguadores.
Por último, está la posibilidad de que el SRS comience a contar con el asesoramiento del departamento de ingeniería del FDC Motor Sports. Esta alianza tendría como idea conjugar las tareas que se realizan en ambas disciplinas.