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Fórmula 1: ¿Le fueron perdiendo temor al 13?
El 13 es considerado el número de la mala suerte en muchas culturas durante cientos, si no miles de años, y el miedo a eso se conoce como triscaidecafobia.
Algunos ubican su explicación en el hecho de que la última cena de Jesucristo eran 13, los doce apóstoles más el propio Jesús, aunque Judas es considerado el número 13 por traicionarlo. Además en el capítulo 13 del apocalipsis es cuando llega el anticristo.
Según la Kabbalah judía los espíritus malignos eran 13. Mientras que en el Tarot la carta que corresponde a la muerte es el 13, cuyo nombre es El Arcano XIII, representada por un esqueleto con una guadaña que corta la cabeza de un niño y un rey.
Es tan frecuente que incluso en el siglo XXI algunos aviones aún no tienen fila 13 y muchos edificios se construyen sin piso 13 (pasando del 12 al 14 o poniendo 12 bis).
El 13 y la Fórmula 1
El doble campeón del mundo Alberto Ascari, que nació el 13 de junio, fue esclavo de la numerología, y las estadísticas que rodean su muerte son conocidas por casi todos. Su padre Antonio murió mientras en el GP de Francia el 26 de julio de 1925, y para el joven Ascari el número 26 (el doble de 13) se convirtió en algo significativo.
En 1955 se estrelló contra el puerto del circuito de Montecarlo en el GP de Mónaco, pero logró escapar con solo heridas leves. Cuatro días después, con un casco prestado en lugar de su casco azul de la suerte, murió en un accidente en un test en Monza. Era el 26 de mayo y había vivido 13.466 días, solo tres más que su padre...
Pero no solo a él le afectaron los números. En 1966, y animado por su entonces novia, el joven piloto de F3, Francois Cevert, fue a ver a un vidente, que le afirmó que no cumpliría 30 años.
Justo antes de la clasificación para el GP de EEUU de 1973 en Watkins Glen, le dijo a sus mecánicos de Tyrrell que era el 6 de octubre, que pilotaba un Tyrrell 006, que su dorsal era el 6 y que estaba sentado frente al edificio número 066. Era, dijo, su día de suerte. Pero es tarde, con 29 años, murió en un espantoso accidente.
Se cree que fue un francés de una generación muy anterior el que comenzó con el miedo al 13 en el automovilismo.
En 1925, 13 coches comenzaron el GP de San Sebastian, y Paul Torchy llevaba ese número cuando se salió al intentar pasar a un rival. El piloto del Delage acabó contra un árbol y murió instantáneamente.
Solo un año después, el conde Giulio Masetti también murió con un Delage cuando se estrelló en la Targa Florio mientras corría con el dorsal 13.
Posteriormente, los organizadores de carreras, especialmente en Francia, evitaron asignar el dorsal 13. Esa filosofía continuó en la era del campeonato del mundo y, por lo tanto, desde 1950 apenas se ha visto en la Fórmula 1.
Cuando el mexicano Moises Solana usó el 13 en su BRM alquilado en su carrera como local en 1963, se vio como un hecho muy inusual.
El número apareció luego en el GP de Gran Bretaña de 1976, cuando Divina Galica, que lo usó en otras categorías, no pudo clasificarse con el Surtees privado.
Durante muchos años, los números de la F1 se asignaron al azar entre los equipos, pero incluso cuando se introdujo el sistema de darlos en el orden del campeonato de constructores anterior, las parejas de pilotos saltaron del 11 y 12 directamente al 14 y 15.
Pero en 2014, cuando a los pilotos se les dio por primera vez la oportunidad de elegir un número que pudieran mantener durante toda su carrera, el 13 se convirtió en algo habitual. Pastor Maldonado optó por él, y el venezolano lo usó durante dos temporadas con Lotus, con poco éxito.
Fuente: Motorsport