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La historia detrás del emotivo triunfo de Vivian

Franco Vivian logró hoy su segundo triunfo en el Súper TC2000, en el Cabalén, y será operado de la columna la próxima semana.
La historia detrás del emotivo triunfo de Vivian
La historia detrás del emotivo triunfo de Vivian

Franco Vivian se bajó del Corolla #57 y se fundió en un abrazo sentido y prolongado con el doctor de la categoría Pedro Bressi, luego de conseguir su segundo triunfo en el Súper TC2000, hoy, en la carrera clasificatoria, en el Autódromo Oscar Cabalén de Alta Gracia. El gesto generó sorpresa en quienes desconocían la situación del ganador de la tarde cordobesa del sábado.

Le costó llegar al podio y más aun subirse al escalón más alto, que tanto soñó en los últimos años. Explotó en un llanto cuando contó la situación que viene atravesando en las últimas semanas. Su espalda está muy sentida. Apenas puede caminar. Su participación estuvo en dudas hasta último momento. Debió hacerse un bloqueo en sus vértebras para poder viajar y correr.

La carrera deportiva siempre estuvo marcada por episodios recordados. Desde aquel campeonato de la Fórmula Renault que le arrebató Kevin Icardi chocándolo de atrás, a pocos metros del final, en la escandalosa definición de Potrero de los Funes 2010.

El 25 de mayo de 2014, consiguió lo que hasta hoy había sido su única victoria en Súper TC2000, en Rosario, como piloto oficial Chevrolet. El 4 de octubre de aquella temporada, Vivian se presentó en San Juan con el auto pintado de rosa, sumándose a la campaña de Lalcec (Liga Argentina de Lucha Contra el Cancer) en el mes de sensibilización sobre el cáncer de mamas.

Ese día, como hoy, una oportuna llovizna colaboró para que se quedara con la pole position en El Zonda. Al día siguiente, sufrió un durísimo golpe en la viborita. El frente destruido de su Chevrolet agarró las llamas. Y entre el humo y después de varios segundos, Franco bajó rengueando del colorido Cruze. Fue el histórico día del empate entre Leonel Pernía y Matías Muñoz Marchesi.

La columna vertebral de Vivian sufrió la peor parte de la brutal desaceleración. Allí se originó una hernia de discos que demandaba un cuidado riguroso de por vida. Su espalda no soportaría cargas de pesos y esfuerzos desmedidos, si pretendía evitar lo que hoy deberá afrontar.

Varios años más tarde, el piloto porteño se encontró con la oportunidad de su vida, y probablemente inesperada, de volver a ser piloto oficial de la mano del Toyota Gazoo Racing Argentina. Prometió aprovecharla y se propuso como objetivo volver a ganar en la categoría, para que su hijo Bautista de un año lo viera bien arriba del podio.

Le quitó horas a la empresa constructora familiar. Este año, el arquitecto resignó horas a dibujar planos y abandonó las obras, para entrenar en karting y pasar más horas en el taller. El entusiasmo y compromiso con su pasión le hicieron olvidar aquella vieja lesión dormida. Subir y bajar el karting del carrito le están pasando factura.

Las últimas semanas se las pasó en cama. Consultó a especialistas, que le explicaron la complejidad del caso. No puede pisar bien. Le falta sensibilidad en uno de los dedos gordos del pie. Y a futuro, los problemas motrices podrían volverse crónicos y graves. El doctor Pedro Bressi siguió de cerca la evolución de la lesión y le recomendó al piloto que se sometiera una intervención quirúrgica. Y además lo autorizó a correr este fin de semana.

Arriba del auto es cuando mejor se siente. Y hoy lo demostró. Con el asfalto mojado. Y el talento intacto. Como si fuese una revancha de aquel 29 de noviembre de 2015, en este mismo circuito, cuando venía ganando cómodamente y un diluvio intercedió para frustrarlo una vez más. En el mismo Cabalén, donde el año pasado, se quedó parado en la largada y desaprovechó la posibilidad de volver al triunfo en su regreso a la categoría, como reemplazo de Hernán Palazzo.

Por eso, tanta carga emotiva en un triunfo que no es uno más. El viernes tiene turno en el quirófano. “Hace un mes que estoy tirado en una cama. Tengo mucho miedo porque el viernes me opero de la columna. No iba a venir a correr. Anoche no pude dormir, porque no encuentro una posición cómoda en la cama. Pero tengo una apoyo enorme de Toyota, de mi mujer Lucía y de mi hijo Bautista, y no podía no retribuírselo de esta manera”, contó entre lágrimas hoy frente al micrófono de Carburando.

Un triunfo que alivia el dolor y que da fuerzas para encarar lo que se viene. Una victoria de esas que festeja la gran mayoría. Aunque sea en una carrera clasificatoria. Y mañana largará la Final desde la pole position... Bravo, Franco!

 

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