Turismo Carretera
Lutteral Comahue, un TC diferente y extraño
Juan Carlos Lutteral fue un empresario dueño de una concesionaria de autos muy conocida que en 1968 decidió tomar una idea muy de moda en EE.UU cual era equipar a un auto de serie con detalles de personalización y calidad de fábrica.
En aquellos años y como las terminales solo sacaban a la calle modelos en grandes series fue una gran idea tomar Torinos 0Km llevarlos a un taller en la calle Salta y equiparlos para volverlos autos exclusivos a pedido del cliente.
El Torino Comahue tenía un capot de fibra de vidrio, con tomas de aire mientras que los paragolpes estaban confeccionados en plástico de alto impacto y caucho blando.
El Lutteral tenía una característica única en la cola a la cual se transformó al estilo "fast-back" con la luneta dividida como la del Corvette C2 de 1963.
En cuanto a la mecánica de aquella primera serie fue retocada por Pablo Macagno que se ocupaba de obtener los HP "plus" para satisfacer las exigencias de la particular clientela, a la cual iban dirigidos los modelos Comahue.
Algunos Comahue encargados por clientes particulares no tenían la característica cola pero equipaban las mismas llantas que las Liebres de TC y los motores eran capaces de superar los 200HP, la mayoría terminaron corriendo carreras zonales.
La preparación de los impulsores, pasaba por el pulido de los conductos de admisión de la tapa de cilindros y dos opciones de árbol de levas:
Los Comahue nunca fueron reconocidos debidamente. Su último modelo llegó a salir de la agencia con 220HP (Una Libre de TC tenía alrededor de 235) se produjeron durante 9 años
y este último modelo denominado GTA tenía detalles asombrosos como la inyección directa Tecalemit desarrollada en Inglaterra, suspensión neumática que bajaba el auto 5 centímetros faros ocultos tras la parrilla movible, sensor de luminosidad ambiente que permitía el encendido automático.
Lutteral ofrecía para este modelo un volante “hemi” similar a los que utilizan los autos del DTM.
El impulso de Lutteral a la preparación de los Torino fue similar al que se le acredita a Oreste Berta pero de menor trascendencia.
El diseño de sus autos partió de la experiencia en competición, con el coche conducido por Larry, quién lograra la victoria en la "Vuelta de San Nicolás" de 1967, convirtiendose en el primer equipo de TC, que no sea el oficial IKA-Renault, en ganar una carrera de esta categoría con Torino.
El mago de Alta Gracia desarrolló los balancines con rulemanes para el motor Tornado pero en realidad aparecieron primero en los Torino del equipo Lutteral y fueron desarrollados por Pablo Macagno, un experimentado de la época de las viejas cupecitas.
Ese trabajo de Macagno lo llevó a integrar la delegación Argentina con los Torino en Nürburgring donde el recordad Larry fue junto a Rodríguez Canedo y Oscar Mauricio Franco, uno de los héroes del Torino n°3 que llegó en cuarto lugar en a "84 horas de Nürburgring" de 1969.
Aquellos Torino 380 y Liebres llegaron a tener 235 Hp unos 15 más que los armados en Córdoba hasta que Berta superó esa potencia.
Los pilotos de Lutteral fueron, en el TC, entre otros, fueron Alberto Rodríguez Larreta ("Larry"), José y Alfredo Manzano, Eduardo Rodríguez Canedo y Carlos Luaces.