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Ortelli y su nueva vida: “Disfrutamos mucho del campo, es lo que nos gusta”
Guillermo Ortelli contó en un mano a mano con Clarín Rural su nueva vida en el campo y su pasión por los caballos criollos.
Guillermo Ortelli se retiró del automovilismo en 2021 y tuvo su carrera despedida hace unos meses. Pero el siete veces campeón de Turismo Carretera e ídolo de Chevrolet tiene una pasión que poco se vincula con los fierros. Se trata de los caballos criollos. El de Salto contó todos los detalles sobre su nueva vida en un mano a mano con Clarín.
Ortelli contó en primera instancia cómo comenzó su vínculo con el campo: “Mi mamá nació en el campo, de hecho, mi amor por los caballos creo viene de ella, puesto que su padre, era bien campero, hombre de a caballo, en tanto que mi papá había empezado con un taller mecánico de camiones y después se sumó al campo”.
Y luego agregó: “De chicos hacíamos un poco de todo, íbamos a la cosecha, en ese momento se sacaba en acoplados porque no había tolvas, íbamos al chimango, vivíamos esa vida, y los fines de semana nos juntábamos toda la familia, andábamos a caballo, estábamos con la hacienda… ya de adolescente empecé a ir para aprovechar a manejar en el campo, ahí empezó todo”.
Luego, el siete veces campeón de Turismo Carretera contó que construir e irse a vivir al campo era un sueño desde hace unos años: “Hace dos años empezamos a construir acá, siempre con la idea de venirnos con mi señora (Analía) y mi hijo (Mateo), y hace un año terminamos la casa y nos vinimos. Disfrutamos mucho del campo, es lo que nos gusta”.
El campo en el que se encuentran está muy cerca del centro de Salto, a apenas unos 10 minutos y eso tiene un motivo: “La idea nuestra, con mi mujer, era que no quede lejos para que Mateo, nuestro hijo que tiene 18 años, pueda moverse y estar cerca de todo”, explicó. Mateo también entrena los caballos con él.
En otro campo, la familia Ortelli tiene la producción de granos y algo de ganadería: “Ahí están mis hermanos, Gustavo -más de agricultura- y Marcelo -más en ganadería-, ellos están de lleno en la actividad y la bancaron siempre mientras yo me dedicaba a correr, sin ellos no hubiera podido, yo hoy que no estoy arriba del auto, acompaño, pero soy el nuevo en esto”.
Producen soja, trigo, maíz, algo de arveja y una parte pequeña de ganadería. Cuentan con equipos de siembra y cosecha.
“Tengo la suerte de haber nacido en una familia que nos inició en este rubro y lo disfrutamos mucho, al vivirlo de chico ya nos quedamos aferrados a esto y cualquier ahorro e inversión siempre lo pensamos en función de lo que podamos mejorar en el campo, tratando de incorporar tecnología o lo que sea para ser más eficientes”, le contó Ortelli a Clarín.
Los caballos, otra de las pasiones
“Siempre que íbamos al campo andábamos a caballo, el que siempre estuvo más metido fue mi hermano Marcelo, pero nunca habíamos criado nuestros propios caballos, los usábamos para trabajar con la hacienda y los disfrutábamos, pero hasta 2018 nunca habíamos criado”, contó el dos veces campeón de Top Race en 2001 y 2005.
“Encontramos un ambiente muy familiar, muy lindo, y empezamos a disfrutar de la cría, de la función que hoy permiten, y también nos animamos a competir, llevando nuestros ejemplares a exposiciones e incursionando en otras actividades como las paleteadas”, continuó.
“Estamos muy encima, le cuidamos el pelaje, los protegemos del frío y el calor le damos confort”, explicó Ortelli. En la actualidad, tienen una veintena de caballos registrados en la ACCC y el objetivo, en principio, no es crecer en cantidad sino todos los años preñar entre 7 y 8 yeguas para ir seleccionando por ciertas características.
“Por ahí me va a escuchar un criador más experimentado y se enoja, yo soy nuevo en este camino -reconoció Ortelli, pero se animó-, en nuestro caso buscamos un caballo que morfológicamente cumpla al máximo con los estándares de la raza y que sea a su vez un caballo funcional, que tenga un instinto vaquero importante, que sea manso por sobre todas las cosas, dócil y ante el comando o la exigencia no tenga reacciones”, sostuvo.
“El desafío es tener una línea de caballos funcionales pero estéticos, tratamos de elegir las yeguas que consideramos más lindas, y cruzarlas con padrillos con buenos antecedentes, pero no es matemática la cría de caballos, a veces 2 más 2 no es 4”.
Equinoterapia: otro de los sueños de Ortelli
“Si bien somos una cabaña muy nueva, uno de los objetivos que tenemos es poder incorporar equinoterapia acá mismo, armar un equipo de profesionales, nosotros aportar los animales, y generar eso que está muy buen. Es una actividad muy linda, se está haciendo mucha fuerza para que la equinoterapia sea ley y estamos con ese objetivo”, contó quien corrió 408 competencias en el TC.
Para Ortelli también montar es algo similar a hacer terapia: “El caballo te desconecta por completo de otras cosas y te conecta cien por ciento con el animal, yo me vinculo muchísimo y si bien no hablan, sí se expresan y te hacen saber todo lo que les está pasando. Mi desafío diario es ir conociéndolos cada vez más, de hecho, de grande me puse a hacer cursos de cría de caballos, ha despertado algo que nos atrapó mucho, no solo a mí, también a mi familia”.
Por último, dejó una importante reflexión: “La clave durante toda mi vida ha sido disfrutar de hacer lo que me gusta en cada momento, disfruté mucho manejar un auto de carrera porque era lo que quería hacer en ese momento y ahora disfruto mucho de esto (N de la R: con la mirada señala afuera), me gustan los caballos, me gusta vivir en el campo y de a poco vamos trabajando para ir logrando objetivos, uno era vivir en el campo, lo imaginamos con mi señora y acá estamos, si me gusta algo voy para adelante para concretarlo”.