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“Pechito” López: “Es la frutilla de mi carrera deportiva”

El argentino flamante ganador de las 24 Horas de Le Mans hablo con Carburando sobre sus sensaciones y vivencias en La Sarthe.
“Pechito” López: “Es la frutilla de mi carrera deportiva”
“Pechito” López: “Es la frutilla de mi carrera deportiva”

A menos de 24 horas del logro más importante de su carrera deportiva, el celular de José María López no deja ni un instante de estar en línea y en un lunes ajetreado habló con carburando.com con la humildad y la predisposición de los grandes. “Estoy explotado, tratando de dejar contentos a todos… aunque es imposible”, explicó en su primer ida y vuelta con este medio antes de meterse de lleno en las sensaciones de haber ganado las 24 Horas de Le Mans.

“No hay más que esto”, soltó el argentino emulando aquella famosa frase que se le leyó entre labios a Marcelo Gallardo, una vez finalizada la final de la Copa Libertadores entre River y Boca, en 2018, en el campo de juego del Estadio Santiago Bernabeu de Madrid. “Es la frutilla de mi carrera deportiva. Espero seguir muchos años más en este nivel, pero sinceramente no hay nada más grande en mi carrera que ganar esto”.

López no puede evitar mirar hacia atrás para valorar -aun más- semejante conquista. “Tan solo yo y mi familia sabemos el sacrificio que hemos hecho para llegar a este momento. No es fácil soportar y convivir con las presiones en este nivel, donde la butaca de uno es caliente y la quiere todo el mundo”.

Nada fue fácil para “Pechito” en su carrera deportiva. Y tampoco lo fue este triunfo en su quinto intento en La Sarthe. “Fue terrible la carrera, muy dura, con muchos accidentes y condiciones de pista muy complejas. Hizo mucho frío a la noche y la pista tenía poco grip”.

De a poco, el piloto de Río Tercero se sumergió en el desarrollo de la competencia. “Al principio teníamos una diferencia grande por el toque que sufrió el auto #8. Pero después, comenzaron a mostrar que venían mejor que nosotros. Y a pesar del tiempo a favor que teníamos, se nos venían, se nos venían y se nos venían... Preocupó mucho eso. Porque con media décima de diferencia por vuelta, en 24 horas te alcanzan y te destruyen”.

En la madrugada del domingo, López debió lidiar con el momento más crítico de la lucha entre los dos hypercar del Toyota Gazoo Racing. Y así lo narró: “En un momento llegamos a tener mucha diferencia, de unos dos minutos, pero después se acortó por un auto de seguridad. Se subió Kamui (Kobayashi), venía complicado y se terminó pasando en la curva Indianápolis. Ahí Brandon (Hartley) lo alcanza y cuando me subo yo salgo atrás. Habíamos perdido la punta”.

En la vuelta 191, el cordobés estaba a poco menos de segundos del auto #8. La pelea era mano a mano en pista, aunque el #7 tenía una parada más. “Fue un momento increíble ese. Salí con todo. Lo alcancé, lo pasé e hice una diferencia enorme”. López logró estirar la brecha a 36s5 en el giro 213. Y en la vuelta 226, dos antes de terminar su turno mientras amanecía, le llevaba 1m08s497 al #8. En ese segundo turno, manejó tres stint con un total de 38 vueltas en 2h20m. “Estuve muy rápido en esta carrera y por suerte fue cuando más lo necesitábamos”, reconoció.

Aunque aun faltaba mucho para el final. Casi nueve horas. “Volvimos a tener una diferencia de más de un minuto, pero en una de las paradas se trabó una goma y la diferencia volvió a caer a los 30 segundos. Y fue toda la carrera así… Cada auto de seguridad que entraba parecía que nos penalizaba a nosotros”, relató “Pechito” para explicar por qué Le Mans no da tregua.

Primero hay que sufrir para luego poder festejar. Al menos ese parecía el destino de la tripulación ganadora, que padeció el último cuarto de carrera. “Faltando seis horas para el final, se empezó a tapar una bomba de nafta (obviamente tenemos dos) por un problema que estamos teniendo con los tanques de combustible. El auto #8 tuvo que abandonar en Monza por ese inconveniente”, contó el cuatro veces campeón mundial.

Y detalló: “El problema era que cada vez íbamos a tener que hacer más cortos los stints hasta tener que parar para cambiar la bomba. Hacer esa reparación demandaría unos 40 minutos. Eso significaba no entrar entre los seis primeros de la carrera, por lo apretada que venía”.

Los viejos fantasmas volvían aparecer. “Vino un ingeniero del equipo y nos explicó un procedimiento que teníamos que hacer en el volante. Teníamos que resetear la bomba de nafta cada vez que frenábamos. Es decir, veníamos a 350 km/h, y cuando pisábamos el freno teníamos que apretar un botón para apagar la bomba. Y antes de volver a acelerar, la teníamos que encender de nuevo. Eso hacía que se desprendiera el filtro y cuando la poníamos en marcha volvía a chupar. Así estirábamos 500 o 600 metros más. Eso lo tuvimos que hacer en cada curva durante las últimas seis horas. Lo empecé a hacer yo a la madrugada y funcionó. Pero estuvimos cortando clavos hasta el final”.

Ya Le Mans le había proporcionado varios golpes en el pasado reciente al auto #7. Y había llegado el momento de hacer justicia. La gloria para esta tripulación, también trajo paz en el Toyota Gazoo Racing. Fue un festejo con desahogo dentro del equipo japonés. “Es un sueño hecho realidad. Solo los que corrieron esta carrera saben lo duro que es correrla y ni hablar de lo que significa ganarla… Ya estar adentro de un equipo con aspiraciones de conseguir la victoria en las 24 horas de Le Mans es algo muy importante”, reconoció López.

El mejor representante argentino en las pistas del mundo de las últimas cuatro décadas sintetizó sus sensaciones: “Cuatro campeonatos del mundo y una victoria en Le Mans…  necesitaría muchas vidas para agradecer lo que me dio el automovilismo”.

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