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Racismo y Covid-19: días de furia de Lewis Hamilton
ANALISIS.- Lewis Hamilton está mostrando un perfil que ya se conocía, pero que los últimos acontecimientos en Estados Unidos ha potenciado. George Floyd, el afroamericano asfixiado por un agente de policía (Derek Chauvin) en Minneapolis, enfureció que el campeón de la Fórmula 1. Desde el primer minuto se convirtió en el líder de la campaña contra el racismo en el mundo del automovilismo de élite. El impacto causado por las durísimas imágenes de lo ocurrido generó una serie de reacciones del piloto inglés que ha salido 'con los tapones de punta' en términos de fútbol, contra la brutalidad policial y la discriminación contra las personas de color. Y por supuesto, se ha quejado del silencio reinante en la Fórmula 1 aunque tras la fuerte respuesta de Hamilton, la propia F1 y muchos pilotos lo han apoyado. No les quedaba otra opción...
Ahora, Hamilton volvió a la carga y otra vez en redes sociales. En Instagram contó que tuvo que enfrentar serios problemas en su infancia por el racismo. Recordó que fue maltratado y que se las arregló como pudo para sobrevivir. Son sus recuerdos traumáticos de su niñez. Pero supo afrontar la situación con entereza y su padre Anthony jugó un papel destacado para superar las dificultades.
EL TRAUMA DESDE NIÑO
Así relató el drama de ser un niño negro en Inglaterra y de lo que le pasó cuando empezaba en el karting: "He estado leyendo todos los días para tratar de estar al tanto de todo lo que ha estado sucediendo en nuestra lucha contra el racismo, y me ha traído tantos recuerdos dolorosos de mi infancia... Recuerdos nítidos de los desafíos a los que me enfrenté cuando era niño. Estoy seguro de que muchos de los que han experimentado racismo o algún tipo de discriminación se han enfrentado a lo mismo. He hablado muy poco sobre mis experiencias personales porque me enseñaron a guardármelo dentro, no mostrar debilidad, matarlos con amor y vencerlos en la pista. Pero cuando estaba lejos de la pista fui acosado, golpeado y la única forma en la que podía luchar era aprender a defenderme, así que me metí en el kárate".
LA ESTATUA DERRIBADA
Con la crisis del coronavirus Hamilton ya había su faceta comprometida y ahora está encendido con lo sucedido en Minneapolis. El campeón ha vuelto a levantar la voz. Esta vez por una protesta en Bristol que acabó con una estatua del comerciante de esclavos del siglo XVII, Edward Colston, derribada y arrojada al río Avon.
"NO ESTOY DE ACUERDO CON LA VIOLENCIA O LOS ACTOS CRIMINALES, PERO HABÉIS TENIDO MUCHO TIEMPO PARA HACERLO Y NO LO HICISTÉIS. PODER A LA GENTE", arrancó Lewis su discurso con inusitada rabia.
"Edward Colston era un monstruo que compraba, vendía e intercambiaba africanos, seres humanos, y los forzó a la esclavitud hasta que murieron. Nadie que hizo esto debería ser honrado. Fue / es terrorismo. Ahora. Entonces. Nunca debería haber tenido una estatua. Estoy orgulloso de los activistas y organizadores en Bristol que derribaron esta estatua. Derribadlas todas. En todas partes. Yo apoyo esto".
Y en una historia de Instagram insistía en la misma idea: "¡Nuestro país honró a un hombre que vendía esclavos africanos! ¡Todas las estatuas de hombres racistas que ganaron dinero vendiendo ser humanos deberían ser derribadas! ¿Cuál es el próximo?".
En medio de un torbellino ideológico Hamilton también lanzó un ataque verbal contra el Gobierno que dirige el primer ministro británico, Boris Johnson, por la gestión de la crisis causada por la pandemia de coronavirus: "Me horroriza cómo ha gestionado el Gobierno de Reino Unido la crisis del COVID-19" (ver nota aparte).
A Hamilton el asunto que más le preocupa ahora es lo que ocurre en Estados Unidos: "He visto las noticias sobre la estatua que se tiró abajo. Si esa gente no hubiera tirado abajo esa estatua, que hacía honor a un traficante de esclavos racista, nunca hubiera desaparecido de allí. Se habla de que irá a un museo. La estatua de ese hombre debería estar en el río, igual que las almas de los 20.000 africanos que murieron en su camino hacía aquí y cuyos cuerpos se tiraron al mar, sin entierro ni homenaje. Robó sus almas a sus familias, a su país, ¡no le deberíamos hacer homenajes! La estatua debería sustituirse por un homenaje a todos esos que vendió, ¡a todos esos que perdieron sus vidas!".