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Autódromo de Monza: mística, velocidad y pasión. Parte 2

Ultima parte de la historia del Autódromo Nazionale di Monza, uno de los últimos sobrevivientes de la era dorada de la Fórmula 1.
Autódromo de Monza: mística, velocidad y pasión. Parte 2
Autódromo de Monza: mística, velocidad y pasión. Parte 2
En la historia del Autódromo Nazionale di Monza se entretejen momentos de gloria y de intenso dramatismo. La Catedral de la velocidad sigue vigente en la Fórmula 1 y sobrevive junto a Silvertone en Inglaterra y Monte Carlo en Mónaco como bastiones del automovilismo mundial.
Pero no todo es oscuridad en el trazado italiano, el color dorado de épocas gloriosas, adornan las memorias del autódromo internacional de Monza, durante los años 70, se alcanzaron velocidades vertiginosas en la mayoría de los circuitos, y Monza, no fue la excepción. En la edición del GP de Italia de 1971 el británico Peter Gethin con BRM estableció el record de velocidad media absoluta, de una carrera de F1.

Grandes leyendas de la categoría reina del deporte a motor tales como; Jackie Stewart, campeón del mundo ese mismo año, Ronnie Peterson, Mike Hailwood, Graham Hill, John Surtees, Clay Regazzoni, entre otros, asistieron a la cita mediterránea para hacer historia y ser recordados, entre otras cosas, por disputar el GP más reñido de la historia.

La diferencia máxima entre los cinco primero de la carrera fue de 610 milésimas de segundo, tan sólo 10 separaron a Peter Gethin de Peterson, primero y segundo; Françoise Cevert, completó el podio, seguido por Jackie Stewart, Mike Hakood y Howden Ganley. En medio de semjante disputa, Gethin tuvo una velocidad promedio de 242,72 km /h y marcó un récord que duraría 32 años para ser batido. Monza, una vez más, nos había sorprendido, al demostrar ser un circuito que lleva a la F1 al límite.
 
LA MUERTE DE RONNIE PETERSON

Toda tragedia dentro o fuera de las pistas debe tener el mismo pesar en el corazón de cualquier ser humano, no obstante, hay algunos pilotos que, por sus actos heroicos y por su pasión en las carreras, se ganaron un aprecio especial por parte del público que los sigue. Tal es el caso de Ronnie Peterson, piloto que, en vida se ganó la simpatía de muchos, y tras morir, rompió el corazón de millones. Su muerte puede ser comparable a la de Gilles Villeneuve, ya que, según muchos, al sueco estaba considerado un campeón sin corona.

Peterson era compañero de Mario Andretti en el equipo Lotus, no obstante, era bien sabida la preferencia del conjunto inglés por el piloto norteamericano, dándole las mejores herramientas mecánicas condicionando a Peterson toda posibilidad de ser campeón, sin embargo, el sueco nunca se resignó y en muchas ocasiones se clasificó por delante de su compañero.

En el Gtan Premio de 1978, al aproximarse a la variante Goodyear, el Arrows de Ricardo Patrese, que se había clasificado 12º, tocó al McLaren de James Hunt, el cual hizo un trompo y chocó con el Lotus de Peterson, que a su vez perdió el control e impactó contra las barreras situadas en la parte derecha de la pista, aplastando la trompa de su coche. De inmediato el sueco se vio envuelto en llamas. Hunt salió de su auto y salvó a su colega, pero las múltiples lesiones, ocasionaron una embolia gaseosa que minó la salud del nórdico. El sueco encontraría la muerte aquella triste tarde en Monza.
 
EL DURO PRECIO DE LA VELOCIDAD

En total, 53 pilotos de diversas categorías del motor, han fallecido en el templo de la velocidad, un duro precio que el mundo del automovilismo, ha tenido que pagar para contar con la permanencia del trazado italiano.

Debido a tantas fatalidades, los administradores del circuito, lo han modificado para hacerlo más seguro, manteniendo el encantó que enamoró a los fanáticos del deporte a motor. Entre 1976 y 1994, se mantuvo la misma configuración, con una longitud de 5.8 Km, en 1995 se modifica la curva grande y la 2° de Lesmo, luego, tras modificaciones en las chicanas y en la variante Retiffilo, llegamos a la configuración actual.

Monza, nos ha regalado momentos mágicos, luchas épicas como aquella en 1988 entre Ayrton Senna y Alain Prost, días antes, Enzo Ferrari había fallecido, así que ese GP de Italia fue especial para Ferrari; el francés tuvo que retirarse en la vuelta 35 mientras que el brasileño, ahorrando combustible y siendo presionado por los autos del Cavallino, tiene un accidente con Jean-Louis Schlesser; como consecuencia, el equipo italiano triunfa en su propia casa y honra al fallecido 'comendatore' y firma otra carrera histórica en Monza.
 
LA ERA ACTUAL

No obstante, este mítico trazado da aún de qué hablar en la F1 contemporánea, no podemos olvidar el GP de Italia del 2006, el cual ganó Michael Schumacher y anunció su primer retiro de la F1. Dos años más tarde, su 'pupilo', SebaStian Vettel, en el mismo circuito, consiguió su primer triunfo en la F1 en 2008 con el equipo Toro Rosso y se convirtió en el piloto más joven en lograr dicha hazaña, récord que mantuvo hasta el 2016 cuando venció Max Verstappen con 18 años.
 
 
El récord actual de la pista, fue marcado por Kimi Raikkonen en el Gran Premio de Italia de 2018, con un tiempo de 1:19.119.​ Además en este circuito se ha batido la velocidad máxima de un monoplaza en un Gran Premio con 372,6 km/h, durante los entrenamientos libres del GP de Italia de 2005, por el piloto colombiano Juan Pablo Montoya (quien además ostentaba la vuelta más rápida desde 2004 con un tiempo de 1:19.525) y luego sería superado por Valtteri Bottas en el Gran Premio de Europa de 2016.

Schumacher junto con Lewis Hamilton con los pilotos con más victorias en Monza, ambos ganaron cinco veces ahí. Juan Manuel Fangio lo hizo tres veces y Ferrari es la marca más ganadora en Monza con 20 triunfos. 
Desde 1950, hasta la actualidad, si exceptuamos 1980, el Autódromo nacional de Monza, siempre albergó el GP de Italia de F1 y su último ganador fue Charles Leclerc con Ferrari en 2019.
 
Monza fue el último circuito en el que se le dio al ganador la famosa corona de laurel, aquel afortunado fue Prost, casualmente, es este mismo trazado, el que cuenta con la ceremonia del podio más colorida y excitante de toda la temporada de la F1, con miles de fanáticos invadiendo la recta  y vitoreando a los ganadores; independientemente de la preferencia que tengan por algún otro conductor o equipo; esta entrega de trofeos, es la más codiciada por los pilotos, ninguno puede resistirse a los encantos de esta celebración. 
 
Pero la entrega y la pasión de la gente en este circuito, ha sido forjada en las carreras de antaño, donde no solo deportistas competían por aquellas increíbles rectas, sino que también lo hacían héroes, verdaderos pilotos surgidos de una F1 romántica. Aquella F1 en la que los pilotos, como ahora, pero desde otra actitud, hicieron todo lo posible por brindar el mejor espectáculo, yendo muchas veces, más allá del límite humano, dando hasta sus propias vidas, mientras luchaban por hacerse con la gloria en la verdadera catedral de la velocidad.
 

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