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Francia no tendrá vehículos de combustión en 2040
No hay marcha atrás. Francia aprobó de forma definitiva la ley que prohíbe la venta de coches Diesel y nafteros a partir del año 2040, además de confirmar la creación de un fondo que tiene como una de sus misiones promover el uso de la bicicleta.
La 'Ley de movilidades' ya es oficial en Francia. Los diputados galos han aprobado esta nueva normativa que, entre otras cosas, va a prohibir la venta de vehículos de combustión, tanto Diesel como de nafta, a partir del año 2040. De esta forma, el país vecino pone el mismo límite que España en este sentido, si bien en ese país también se contempla la prohibición de la circulación de estos vehículos desde diez años más tarde en 2050.
Cabe recordar que Ciro Nogueira, senador brasileño del Partido Progressista (PP-PI) elevó hace un tiempo al congreso de Brasil, un proyecto de ley que comulga con la tendencia sociocultural que empieza a propagarse por las sociedades más prósperas de Europa. Noruega, Alemania, Islandia, Francia, Reino Unido, Finlandia y Holanda ya dictaron legislaciones precedentes que encauzan una línea de acción común y consolida una orientación global del final de los autos con motor de combustión.
La medida aprobada por el Gobierno de Francia llega dentro de su objetivo de alcanzar la neutralidad en carbono en 2025, algo que contribuirá a lograr una reducción intermedia de las emisiones de dióxido de carbono del 37,5% en 2030, según informó Europa Press.
Ésta puede que no sea la única restricción en lo que a vehículos se refiere, porque ahora cada administración local tiene potestad para limitar la circulación de la manera que estimen más conveniente. En total, más de 17 millones de habitantes se verán afectados por la aprobación de esta nueva ley, según estima el Ministerio de Transportes galo.
Otra de las medidas de interés que contempló Francia es la creación de un fondo de 350 millones de euros que perseguirá triplicar la utilización de la bicicleta como medio de transporte, además de otras iniciativas como la puesta en marcha de un bono de movilidad sostenible, crear estacionamientos seguros y pelear contra los robos.
Con esta nueva 'Ley de movilidades', se busca que los ciudadanos franceses busquen alternativas al desplazamiento en el coche propio, algo que según cuentas del Ejecutivo galo supone que el 70% de los trabajadores tengan que variar su transporte diario. Para ello se invertirán 13.400 millones de euros en los próximos cinco años de cara a facilitar esta transición.