Opinión
La emoción venció al Gurí
Para el Gurí Martínez la carrera de Paraná no fue una fecha más. El fin de semana lo vivió con mucha intensidad por diferentes motivos: Corrió ante su gente, en su casa, y rodeado de sus seres queridos. Un combo perfecto.
Al final de la competencia el entrerriano se bajo en la zona del parque cerrado y lo notamos sumamente emocionado. Sus ojos, por momentos, se inundaban de lágrimas. Estaba agradecido de ese presente y lo hacía notar. “Agradezco a mi familia y a dios que me siguen dando la oportunidad de seguir corriendo”. Esa frase la repitió en cada una de las notas que le fueron haciendo y quienes rodeaban el alambrado le pedían a gritos que se acerque al perímetro para obtener la foto más de cerca y le gritaban, "No te vayas Gurí". La gente lo ama y se lo hacen notar.
Su alegría no solo pasaba por el buen resultado personal, quedó quinto, sino también por el gran presente de su equipo. Los tres autos de su estructura se metieron entre los diez mejores clasificados y Mauricio Lambiris estuvo muy cerca de poder ganar.
Otro motivo para su exaltación fue notar que todavía puede pelear de igual a igual pese a que se lo notó cansado físicamente. Él lo manifestó y ese cansancio es lógico ya que a los 51 años el Gurí está compitiendo con quienes tienen entre 27 y 40 años de edad.
Últimamente si hay algo que trató de evitar Martínez es hablar de su retiro y en más de una oportunidad le molestó que le hablen de ese tema, pero el domingo, a quienes lo conocemos, nos daba la sensación de que su mente le decía que podía ser la última competencia en el patio de su casa. “Uno no pone mucho para bajarse, pero veo a los jóvenes que van muy bien”, dejó deslizar quien sigue siendo el referente máximo del ovalo e ídolo de la marca.
La fecha número siete del calendario del Turismo Carretera fue muy especial para el campeón 2015 y lo festejó a su manera. Si bien no ganó, el de Ford se llevó el cariño de todos sus seguidores y demostró que su capacidad conductiva sigue vigente. Martínez no viene de la generación del simulador y mucho menos de la generación que va al gimnasio; Martínez solo lleva la pasión por correr y lo disfruta cada vez que lo hace. Por todo eso, la emoción lo venció.