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Los autos presidenciales, en La Otra Mirada

¿Cuál fue el primer vehículo presidencial? Cuál fue la evolución de los coches de los primeros mandatarios argentinos? ¿Cuándo pasaron a ser blindados? Mirá el video de La Otra MIrada

Los autos presidenciales, en La Otra Mirada
Los autos presidenciales, en La Otra Mirada

Quienes condujeron las riendas del país, también se preocuparon por la butaca que los trasladaba de un lugar a otro en las celebraciones de asunciones, como también en las fiestas patrias. Y si bien el sillón de Rivadavia, como figura, se mantiene inalterable, lo cierto es que los automóviles presidenciales han cambiado a lo largo de la historia, ya sea por tradición, gestos diplomáticos y, simplemente, por avances tecnológicos. 

En realidad, el primer vehículo no fue un automóvil. De hecho, Si bien el primer vehículo presidencial fue una carroza Delaye adquirida para el Presidente Domingo Faustino Sarmiento en 1870. En ella también transitaron Nicolás Avellaneda, Miguel Ángel Juárez Celman, Carlos Pellegrini y Luis Sáenz Peña. También otra marca Victoria, propiedad de José Evaristo Uriburu (1895-1898). 

Pero el primer automóvil presidencial en la Argentina fue un Renault S, adquirido para el Presidente Julio Argentino Roca a fines de su segundo mandato en 1904. 

En realidad la motorización de los presidentes se origina gracias a la gestión de Dalmiro Varela Castex, que a fines del Siglo XIX trajo al país un Daimler de encendido por incandescencia. El primer presidente del Automóvil Club Argentino (ACA) confesó que el presidente Roca le solicitó un paseo con esa máquina mientras era mandatario. 

Obviamente que Marcelo T. de Alvear, muy “fierrero”, con participaciones en competencias automovilísticas, tuvo su vehículo mientras fue mandatario, entre 1922 y 1928.  

El primer Presidente elegido con el voto secreto, universal y obligatorio. Hipólito Yrigoyen prefería la tracción a sangre y durante su mandato se trasladó en una carrocería Phaeton. La tradición se mantuvo, ya que los motores a combustión para el traslado presidencial no se registró hasta el paso del presidente de facto Edelmiro Farrell (1944-1946), que prefería las limusinas Packard. 

Durante la presidencia de Juan Domingo Perón se adquirieron varios Cadillacs. En julio de 1953, con motivo de la visita del hermano del presidente Dwight Eisenhower, Milton Eisenhower, General Motors Argentina obsequió a Perón un Cadillac descapotable que sería utilizado en todas las ceremonias de asunción, desfiles militares del 9 de julio y otras festividades. También fue construido especialmente por IAME para la Presidencia de la Nación un Justicialista cabriolet, decorado con el escudo nacional en sus laterales.   

Perón también era fanáticos de las motocicletas, como la Puma 98cc, con la que fue fotografiado en diversas ocasiones. 

En el caso de Arturo Illia, que condujo a la Argentina ente 1963 y 1966, se movía con su propio Kaiser Carabela. En 1965, aceptó la propuesta de Ford, que le obsequió un Falcon cabriolet fabricado en General Pacheco. 

A partir de 1966, el presidente Juan carlos Onganía, preocupado por la seguridad, solicita vehículos blindados. Fue así que en la planta de Santa Isabel, IKA-Renault desarrolló dos Rambler, diseñados por Heriberto Pronello. 

Perón llegó por tercera vez a la presidencia, en 1974, e incorporó un Ford Fairlane blindado, un vehículo importado que luego heredó su esposa, María Estela Martínez. Isabelita también incorporó un Lincoln Continental, el mismo en el que fue asesinado John F. Kennedy. 

En 1983 regresó al democracia a la Argentina, tras la Dictadura Militar, y Raúl Alfonsín fue trasadado aquel 10 de diciembre en un Cadillac descapotable modelo 1955. Luego recibió un Lincoln Continental Mark V y más tarde se le obsequió un Renault 25, que tenía la particularidad de contar con una computadora de a bordo, que indicaba la cantidad de combustible en el tanque y contaba con la apertura de puertas centralizada, entre otros detalles. 

El Cadillac peronista también fue usado por Carlos Menem en 1989, aunque rápidamente dejó la tradición para hacer uso de los vehículos modernos y deportivos. Si bien era trasladado por el Renault 21, y luego en su segunda presidencia, desde 1995, en el Renault Safrane, quedó en la memoria popular aquel polémico viaje a Pinamar con la famosa Ferrari 348TB que le obsequió el empresario italiano Massimo Del Lago. La 348 tiene un motor central V8 de 3,4 litros y 300 CV. Acelera de 0 a 100 km/h en 5,4 segundos y alcanza una velocidad máxima de 275 km/h. 

Fernando de la Rúa también usó el Cadillac, aunque el uso periódico lo hacía con el Peugeot 607. 

Ya en era kirchnerista, Néstor mantuvo el uso de la marca del León, con los modelos 607, los 407 y los 406, aunque alternó el Renault Laguna y Toyota Corolla. 

Cristina Kirchner pasó a los autos alemanes. Volkswagen Argentina entregó al Estado algunos Vento, Bora y Passat. Ella manejó un Audi A6 y también un A8. 

A partir de 2015, se solicitó desde Presidencia de la Nación autos blindados y de producción nacional. Fue allí que apareció el Vito, de Mercedes-Benz. 

Mauricio Macri utilizó Toyota Corolla, al igual que Alberto Fernández, que cuenta también con la custodia a bordo de Toyota Hilux. 

Los autos presidenciales. Más allá de las épocas, de la tracción a sangre o los modelos más impactantes, los vehículos que trasladan a los primeros mandatarios, también cuentan con su propia historia en la Argentina.

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