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Whiting quedó sorprendido con el Autódromo de Buenos Aires
El delegado de seguridad de la F1, Charlie Whiting, visitó el Autódromo Oscar y Juan Gálvez y dejó en claro que llevarlo a un grado 1 no es una utopía.
La visita a la Argentina del director de pruebas y delegado de seguridad de la F1, Charlie Whiting, pretendía ser silenciosa y pasar inadvertida, sin embargo carburando.com pudo verlo caminar por la pista y conocer sus impresiones de un escenario que en primera instancia lo sorprendió por su buen estado y por su potencial para alcanzar el grado 1 de homologación mediante algunas obras no tan ambiciosas a realizarse.
Con el objetivo de evaluar en qué situación se encuentra el coliseo porteño, Whiting y la comitiva argentina se reunieron ayer al mediodía en el Autódromo Oscar y Juan Gálvez. El inglés de 65 años fue recibido por Carlos García Remohí (presidente de la CDA del ACA), Diego Mesa (responsable de seguridad de los circuitos para la CDA del ACA), representantes del gobierno de CABA encabezado por Luis Betnaza, Federico Gastaldi (uno de los promotores del regreso de la F1 al país en los ’90 y ex director adjunto del Team Lotus) y Marcelo Fígoli (hombre influyente en la organización de eventos masivos en la Argentina).
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Whiting fue agasajado con un asado y luego el grupo de alrededor de una docena de personas camino el legendario circuito 12. El delegado de seguridad de la F1 se mostró activo en la caminata. Apuntó con efusividad las zonas a mejorar y qué se necesitaría hacer, y destacó reiteradamente el buen estado del autódromo. Vio con buenos ojos al trazado, le gustaron las rectas largas y no exigió zonas lentas para ralentizar el tránsito de los autos. Al cabo, Whiting no mostró preocupación ni grandes pretensiones por las obras a realizar, algo que tranquilizó a la comitiva argentina. Remarcó la necesidad de modernizar las zonas de escapes y un nuevo asfalto, y aprobó las variantes que se le agregarían al circuito 12.
Para Whiting no es una utopía que la catedral se acomode a las máximas exigencias. Además de la pista también se necesita una remodelación en los boxes, paddock, torre de control, control de carrera y hospitalidades, entre otras cosas. En definitiva, Whiting se llevó una buena impresión de Buenos Aires y dejó en claro que no se necesita una inversión de dinero tan importante como el que se pensaba (unos 45 millones de dólares), ni una obra faraónica. Si se pretendiese llevar las instalaciones a una homologación de grado 1, se podría lograr en menos de un año de trabajo.