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Con la presencia de Luis Landriscina, conmemorarán los 112 años del natalicio de Juan Manuel Fangio.
Se trabaja en Balcarce para que el 24 de Junio en horas de la tarde, además de la conmemoración, quede inaugurada una pantalla gigante en el Museo Juan Manuel Fangio
“El 24 junio vamos a inaugurar la pantalla gigante, dentro del Museo Fangio, que es producto de una alianza que tuvimos con Río Uruguay, pero no es fácil en este contexto de país. Pero de todas formas, nuestro mayor sponsor es la boletería con la entrada de la gente que viene a recorrer el Museo y eso nos sorprende porque cada vez es más la gente que nos elige y estamos muy felices”, dijo el presidente de la Fundación Fangio, Juan Carli quien sobre la presentación de la pantalla aseguró que “queremos que estén presentes los consejeros honorarios, gente amiga, el público en general, porque en esta renovación que está haciendo el Museo la figura de Fangio siga siendo él con su simpleza y la humildad que él tenía”.
La relación Fangio – Landriscina y un poncho que selló esa amistad.
Este elemento no tiene un valor material. Nos es más que un “poncho gaucho”. Sí tiene un gran valor histórico y sentimental.
Perteneció a un entrañable amigo de Fangio, Luis Landricina, destacado cuentista de nuestro medio.
Para los 80 años de Fangio, se organizó un festejo multitudinario en Balcarce. Ahí Landricina le regaló este poncho, el cual tenía un altísimo valor sentimental, ya que con él había debutado en el Festival de Cosquín, siendo la revelación del mismo. Ese hecho, marcó la vida de Don Luis, ya que a partir de ese momento su suerte profesional cambió radicalmente.
Un año después, Fangio le devolvió el gesto. Le regaló el reloj que recibió de Alfa Romeo como obsequio por el primer campeonato mundial obtenido en Formula Uno en 1951. Reloj que en enorme gesto, Luis Landriscina donó al Museo Juan Manuel Fangio nuevamente.
Estos hechos, estos regalos, estas circunstancias, nos demuestra el valor de la amistad. La calidez a la que el ser humano llega. Algo de lo que Juan Manuel Fangio constantemente pregonó y agradeció durante su vida: los amigos que con el tiempo supo ganar, a los que él, le daba más valor, que a los propios títulos mundiales.