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EL PAPÁ DE LOLA
Como una marca del destino, el mismo día que se disputaban las 500 Millas de Indianápolis y el GP de Mónaco, de Fórmula 1, falleció a los 88 años Eric Broadley, el fundador de Lola Cars, la prestigiosa constructora de automóviles británica. Además de ser presidente, director ejecutivo y diseñador, también integró el selecto grupo de 750 Motor Club junto con Colin Chapman.
¿Por qué se llamaba Lola? Si bien Bradley era arquitecto, tuvo un contacto con el mundo motor a fines de los años 40 y a partir de allí su vida cambió. Se entusiasmó con los automóviles y en 1957 lanzó su primer vehículo. Por aquellos años estaba de moda una canción denominada “Whatever Lola wants”, interpretada por la bailarina Gwen Verdon.
Rápidamente las bondades del vehículo se conocieron en el ambiente, ya que aquel auto fue el primero en recorrer el trazado de Brand Hatchs en menos de un minuto, por lo que las solicitudes para construir vehículos se sumaron. Y allí fundó la empresa.
Broadley conocía a Chapman, entre otros, de aquel grupo 750 Motor Club, que alistaban y modificaban Austin. Luego comenzó a diseñar vehículos para diferentes categorías. Hasta que llegaron los monoplazas. Y la Fórmula 1 estaba en la mira. Finalmente ingresó con John Surtees como piloto en el equipo Reg Parnell. Si bien debutaron con una pole position, luego la cosecha fue magra, con apenas un par de podios, por lo que el presupuesto no se sostuvo.
Sin embargo, las demás categorías pedían sus coches, como la Fórmula 3. Ford contrató a Bradley como consultor para mejorar el GT40. Mientras tanto, Lola fue la fábrica de máquinas de competición por excelencia. Tuvo intervenciones en la F.1, con Honda, y también de la mano de Graham Hill.
Pero la mirada británica no le impide incursionar en un automovilismo distinto: el americano. Y se mete en la Indy. Se asoció con Carl Haas, y el equipo Force, y la satisfacción llegó en forma de gloria con el triunfo en Indianápolis con Graham Hill.
La Fórmula 1 siempre fue una obsesión. Hasta principios de los años 90 construyó los autos para el equipo Larrousse y en 1991 Broadley fue reconocido como Miembro del Imperio Británico.
Una tarjeta de crédito apoyo su último intento por llegar con un proyecto sólido a la máxima categoría. Y en 1997 se presentó el equipo Lola, de Fórmula 1. En Inglaterra se mostró en sociedad un team que parecía poderoso. Sin embargo, los pilotos Vicenzo Sospiri y Ricardo Rosset no pudieron clasificarse en el debut, en Australia, y el proyecto se esfumó.
Murió Eric Broadley. Sin dudas uno de los próceres del automovilismo mundial...