Opinión
El valor de la incertidumbre
Esta tercera fecha del Súper TC 2000 cumplida en autódromo mendocino San Martin no resultó la excepción. Si bien desde el sábado la figura de Facundo Ardusso se perfiló como el principal candidato para sumar su cuarto triunfo en la categoría concretarla no le resultó tan sencillo. Lo reconoció el propio piloto de Las Parejas. Debió trabajar más para controlar con la comunicación con el equipo el plan de carrera y además apostar al éxito de su estrategia de hacer las vueltas Joker en la parte final.
Fácil es con los hechos consumados aplaudir la estrategia del equipo de Marcelo Ambrogio. De la misma manera en un primer análisis no tarda en saltar la crítica al camino elegido por Peugeot para Mariano Werner con su plan de cumplir las Joker en el tramo inicial de la competencia. Un plan que se derrumbó enseguida ante las tres entradas del vehículo de seguridad, el gran fantasma de estas carreras estratégicas. De no haber aparecido tal vez se hubiese visto un final que al matiz de la incertidumbre Le habría agregado la dosis de emoción por la lucha del triunfo, ya que estaba claro que Werner era el gran rival de Ardusso para el trofeo mayor. Fabián Yannantuonni solo fue su ocasional escolta.
Por segundo año consecutivo al Vuelta Joker cumplió su objetivo en un circuito como San Martin, que parece caerle a la perfección y ante una cantidad de público que por encima de la precisión de las cifras resultó importante para un día gris, y con permanente amenaza de lluvia. Es cierto que la carrera no derrochó emociones pero fiel al espíritu de la Vuelta Joker mantuvo la incertidumbre del resultado hasta el final. No es poco en ese camino de recuperar la atención de la gente. Por eso, aunque no la miren como mucho cariño, los pilotos ya la aceptan.