La Otra Mirada
La Otra Mirada: el circuito oval en una terraza porteña
Se construyó un circuito oval sobre un emblemático edificio en pleno Palermo. Mirá el video de la particular historia en La Otra Mirada
Si se habla de automovilismo con circuitos ovales, ¿qué país se imagina? Seguramente Estados Unidos. Y si se indica un óvalo en la Argentina, ¿a qué ciudad se remitiría? Claro que sí, Rafaela es el primer lugar que seguramente aparece.
Sin embargo un óvalo estuvo en la Ciudad de Buenos Aires y de una manera muy extravagante. Si sí, un óvalo muy cerca de los bosques de Palermo.
Épocas de bonanza económica y lujos de todo tipo para la Argentina de principios de Siglo XX, sobre la actual avenida Figueroa Alcorta al 3300, se proyectó un edificio muy particular. En el exclusivo Barrio Parque se proyectó un “Palacio autódromo”.
Sí, tal cual. Una edificación que contenía un circuito, pero todo condensado en una manzana. ¿Cómo se resolvía? Muy sencillo: se ubicó el circuito en la terraza del palacio.
El proyecto fue encomendado al arquitecto Mario Pelanti, el responsable de otros palacios significativos: el Barolo y el Salvo.
La extravagante idea en realidad no era original. En 1915, Giovanni Agnelli, dueño de Fiat, construyó la fábrica de Lingotto, en las afueras de Turín, y el arquitecto Giacomo Matté ubicó la pista de pruebas en lo más alto. Como se dijo en su momento, no era un circuito arriba del edificio, sino que el concepto era inverso: se construyó un edificio debajo de la pista, dándole el orden de prioridad. Allí, los Fiat que salían de producción, daban sus primeros kilómetros sobre esa particular trazado.
Pero volvamos a Buenos Aires. La particular construcción estaba destinada a ser la sede de la concesionaria de autos que comercializaba la marca Chrysler en la Argentina. Se llamaba Resta Hnos. aunque el lugar era conocido como Edificio Chrysler. Se inauguró el 1 de diciembre de 1928.
ocupaba toda una manzana, contaba con un amplio salón de exposiciones que ocupaba todo el frente del edificio. En la parte posterior se encontraban las oficinas administrativas y los talleres de montaje y fabricación de repuestos que completaban la superficie de la planta baja. En el piso superior se encontraban los talleres de retoque y terminación y depósito de unidades para su entrega.
Arriba se lucía el circuito, conocido como Estadio Olimpo. El lugar donde se realizaban las pruebas a las unidades producidas en el edificio, era imponente. Allí se hicieron algunas competencias de motos, pero también se utilizó para reuniones sociales. La particular pista tenía una extensión de 1730 metros, el peralte llegaba a contar con 45 grados de inclinación, albergaba a 3000 personas y contaba con un sistema de iluminación fastuoso para la época. El piso original era de ladrillos, luego recubierto con una capa de asfalto para permitir mayor velocidad. ¡Y todo esto en un quinto piso!
En 1931, Resta Hermanos fue absorbida por Fevre y Basset. Único en su tipo en América del Sur, la crisis de la industria automotriz originada por la II Guerra Mundial, alteró los planes. La falta de insumos detuvo la marcha de la fabricación de vehículos. Finalmente el edificio fue ocupado por el Comando de Arsenales del Ejército Argentino y el Registro Nacional de Armas.
Tras medio siglo, en 1993, el Ejército llevó al “Palacio Chrysler” a remate mediante el Banco Ciudad, y promocionándolo como “la manzana más cara de la ciudad”. Los vecinos de Palermo Chico se expresaron en contra de la posibilidad de su transformación en shopping. Dos años después, se transformó el lugar convirtiéndolo en un complejo de lofts Premium.
Durante casi una década allí funcionó el Museo Tecnológico Renault, a metros del Museo Malba. Luego varió con diferentes propuestas gastronómicas y comerciales. En el interior del Palacio se mantiene el formato de trazado radial, consecuencia de la pista que recorría su terraza y que quedó como una impronta para la definición del espacio interior del patio central. La fachada conservó el estilo en las cuatro calles de la manzana que ocupa, siendo el ahora denominado “Palacio Alcorta” uno de los símbolos de esa zona de la ciudad de Buenos Aires.
Excentricidades de una época dorada de la Argentina. Un óvalo como terraza en uno de los lugares más exclusivos de la ciudad. Símbolo del poderío económico e industrial que ostentaba el sector automotor reflejado en un extravagante circuito construido… en las alturas.