Opinión
La vuelta joker, y lo más atractivo, fuera del comodín
El Súper TC2000 utilizó la Vuelta Joker, un recurso deportivo que permite transitar un atajo del circuito en un par de ocasiones, a elección de cada piloto o equipo. La alternativa es válida, ya que no margina a ningún competidor y no castiga a quienes llegan a esa presentación por su exitoso andar previo, como puede ser la penalización en la grilla (esto es independiente de la Vuelta Joker, de hecho en Mendoza ambos recursos compartieron escenario) o el siempre polémico sistema de lastre.
Ese “comodín” que cada piloto opta por hacer uso para ganar metros y tiempo en una vuelta obliga al cambio de punta y en otros puestos de relevancia (a no ser que todos los automóviles ingresen siempre en las mimas vueltas) y ya esa característica es por demás llamativa.
Sin embargo en el circuito cuyano de San Martín además se dio otra particularidad: el cambiante estado de la pista. La lluvia azotó durante el viernes y el sábado y recién el domingo el Súper TC2000 giró con piso relativamente seco, lo que provocó una serie de despistes y de incidentes que obligaron al ingreso del auto de seguridad.
Esas condiciones modificaron las estrategias preestablecidas. Quienes optaron por la Vuelta Joker de manera incipiente (caso Werner, Guerrieri y Benamo-luego protagonizó un vuelco-) perdieron esa “ventaja” que otorga el promocionado recurso. Por lo que varios que planeaban simular condiciones de táctica similares, estiraron la decisión de meterse por el circuito chico hasta llegar al final de la carrera, para no sufrir el “castigo” de cada neutralización.
De hecho, el propio ganador, Facundo Ardusso (informado desde el pitwall de la estructura de Marcelo Ambrogio de Renault) se mantuvo en la pista tradicional hasta último momento. Y con el debido cuidado que representaba la posibilidad de reducirse a cantidad de vueltas debido al cumplimiento del tiempo de competencia.
Pese a las estrategias y la expectativa por los ingresos en la Vuelta Joker, la carrera comenzó con un alto grado de adrenalina, con los cambios en la punta. La pulseada entre los dos Renault de Ardusso y de Ignacio Julián, el impetuoso arranque de Facundo Chapur (Peugeot) que tras alcanzar la vanguardia se despistó y finalmente impactó con el 408 de su compañero Damián Fineschi, más los fenomenales avances desde el fondo de Matías Rossi (Toyota) pero particularmente de Agustín Canapino (pidió disculpas por su despiste en la vuelta de reconocimiento y luego regaló un 4º puesto para quedarse como líder del campeonato) otorgaron espectáculo al margen de la tan mentada Vuelta Joker.
¿Qué tipo de automovilismo queremos ver? Seguramente el que ofreció el Súper TC2000 en las tres vueltas iniciales, sin la Vuelta Joker. Lo que más entusiasma al público en general. Pero también es bienvenido este sistema de atajo, al menos para observar cada estrategia y cambios ocasionales en la punta, aunque luego quede en manos del líder original (ayer Ardusso). Si bien el público en el autódromo quizá no perciba toda la información necesaria para seguir la carrera, los observadores de las pantallas de las diversas plataformas cuentan con otro atractivo que, en la medida de utilizarse muy de vez en cuando y sin apelar al abuso, es válido.