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Mercedes Benz GLE 400 Coupé: Ocho años de handicap
Ocho años después de que su rival más cercano haya inventado el mercado de los SAC Premium (Sport Activity Coupe), la casa de la estrella desembarca con un producto que disputará de igual a igual este segmanto un tanto controvertido.
Hace aproximadamente ocho años, en 2009, el mundo se asombraba con la llegada del BMW X6 a un mercado que buscaba fervientemente nuevos y originales productos. Un vehículo que si bien no inauguraba el concepto de los SAC o Sport Activity Coupe (este título le pertenece al menos conocido SsangYong Actyon de origen koreano, lanzado unos años antes), ha definido esta categoría, sobretodo en el denominado mercado Premium. La silueta de estos nuevos actores, el de los SUV con estética deportiva, era resistida y adorada en partes iguales, pero con el paso del tiempo supo conquistar a los consumidores. Mucha agua corrió por el molino hasta que nuevos jugadores se sumaron a aquella moda que se creía pasajera. Este es el caso de la nueva Mercedes-Benz GLE Coupe, presentada mundialmente hace apenas dos años y recientemente lanzada en nuestro país.
Se mide con las mismas armas que cuenta el referente absoluto del segmento, el BMW X6. Presenta una carrocería con techo tipo coupé, una puesta a punto más agresiva y motores potentes a disposición. Y es lógico, ya que no hay dudas sobre el origen de este nuevo Mercedes GLE coupé, el cual parece haber sido calcado de su competidor. Pero estos vecinos alemanes han hecho algunas cosas un tanto mejor. Uno de los aspectos más defenestrados del BMW X6 era el espacio interior, sobretodo en las plazas traseras que sólo servían para trasladar dos personas. En el caso del Mercedes-Benz presenta una altura y longitud algo mayor, es casi 9 cm más largo, 7,3 cm más ancho y 6,5 cm más bajo, mejorando notablemente la habitabilidad de quienes viajan atrás. Incluso permite que un tercer pasajero ocupe la posición del centro con normal comodidad (aunque sea para traslados cortos).
En líneas generales, el interior presenta todo lo que se puede esperar de un Mercedes-Benz y más, sobretodo teniendo en cuenta su precio de USD 162.000. Un altísimo nivel de materiales y acabados, coronados en nuestra unidad de pruebas con apliques de fibra de carbono en sitios de gran notoriedad como el salpicadero y las puertas delanteras; aluminio y costuras de hilo rojo realzan su espíritu deportivo. Claro que al tratarse de un vehículo de gama alta, el cliente puede elegir algunos de los materiales para ciertas zonas del tablero. El apartado techie es uno de sus puntos más destacados. A lo mundanamente presente, como conectores USB, Bluetooth y la sincronización de dispositivos móviles a través de CarPlay y Android Auto se suman dos pantallas de 7 pulgadas alojadas sobre los apoyacabezas delanteros para el deleite y entretenimiento de los ocupantes de atrás. En ellas se pueden reproducir una misma película al unísono o no, contando con auriculares con Bluetooth y soberbia calidad de sonido gracias a la estrecha colaboración con Bang & Olufsen, marca sueca especialista en sonido. La única penalidad es su limitada función, ya que carecen de conectores USB para transmitir videos desde otro dispositivo o formato que no sea un DVD y no son táctiles. La pantalla flotante de 8 pulgadas del salpicadero, que no es táctil, también permite la reproducción de videos y películas, sólo que se apaga si el vehículo comienza su marcha. Una medida de seguridad para evitar distracciones en la conducción.
Por fuera esta mole no parece tan grande, al contrario. Sus líneas fluidas y redondeadas le dan un aspecto liviano y deportivo al mismo tiempo, y eso que mide 4,9 metros de largo. Sin embargo, la forma y la función no se llevan del todo bien. La boca de carga para el equipaje tiene la altura de una mesa, o lo que es lo mismo, 90 centímetros. Lo mismo ocurre a la hora de subirse, debiendo utilizar los estribos para acceder al habitáculo o para descender hacia suelo firme.
El apartado de seguridad, tanto activa como pasiva es superlativo, fiel reflejo del altísimo compromiso de la marca en este aspecto. Enumerar la enorme cantidad de dispositivos de este rubro y su funcionamiento ocuparía páginas enteras, aún así hay algunos de ellos que merecen su mención, como los faros con tecnología LED para todas sus funciones, el control del ángulo muerto, el paquete de aparcamiento con cámaras de visión cenital (360 grados) y estacionamiento semi-automático, el paquete de retrovisores con proyector del logo de la marca, el portón trasero de accionamiento automático, el tren de rodaje con amortiguadores regulables, el volante deportivo con levas o los múltiples airbags que incorpora (de rodilla, frontales, de cabeza, laterales). Pero tal vez el ítem más curioso, y práctico a la vez, sea el del gancho de remolque de accionamiento eléctrico que viene de serie. Con sólo apretar un botón, éste se remueve o se instala de manera automática, evitando caer en manos de talleres de dudosa reputación para incorporarlo. Algo que si duda aplaudirá el usuario de esta GLE Coupé cuando quiera llevar su moto de agua o cuatriciclo de vacaciones. Su capacidad de remolque de 3.500 kg dejan margen suficiente.
En cuanto a su motorización, la GLE 400 Coupe de esta nota monta un poderoso V6 biturbo de 333 CV y 480 Nm de par disponibles desde las 1,400 revoluciones, lo cual garantiza satisfacciones desde el arranque. Aunque no todo el mérito es del impulsor, sino también de la nueva transmisión automática de nueve marchas 9G-TRONIC y la tracción integral 4MATIC. Como todo vehículo todocamino, ofrece además diferentes modos de conducción, en este caso disponibles a través del sistema DYNAMIC SELECT, que adapta la respuesta del acelerador, de la dirección, de la suspensión y el funcionamiento de la transmisión de acuerdo con las necesidades y gustos del conductor. Presenta un rolido en curvas casi nulo gracias al Active Curve System, un controlador de balanceo que mantiene la enorme carrocería en su lugar en todo momento. Ahora, si todavía lo siente algo blando, siempre tendrá disponible el modo SPORT, que vuelve al chasis más firme (sin llegar a ser incómodo) y su conducción más precisa. Eso sí, no se queje del consumo.
Acelera de 0-100 km/h en 5,9 segundos y llega hasta los 247 km/h. Teniendo en cuenta que pesa nada menos que 2.109 kg, lograr estos registros obviamente atentan contra el consumo de combustible, pero a velocidades legales, en ruta, no es tan glotona. En ciudad todo cambia, para moverla necesitará en promedio, y con pereza en el pie derecho, de unos 15 l/100 km (si lo logra). Claramente este no es su punto más fuerte, pero no creo que sea un factor de compra determinante. Así y todo, son valores muy bajos teniendo en cuenta sus dimensiones y peso.
Justamente, si el consumo no es un problema, llevarlo en el modo SPORT o SPORT+ será una de las opciones más utilizadas. Aquí la bestia se libera, elevando la resonancia proveniente de su propulsor y provocando vibraciones de felicidad. El sonido que emite el sistema de escapes es orgásmico, pero la ausencia de contraexplosiones durante el cambio de marchas le restaron algunos valiosos puntos. Uno espera en un vehículo como estos ese tipos de cosas para jugar a diario.
Sin duda, al tratarse más de un capricho que de una compra racional, la estética cobra un papel muy relevante. El resultado es un monstruo de dimensiones imponentes, con un ego lo suficientemente grande para ser el primer rival serio del BMW X6.•