Autos&Viajes
American Dream la limusina con campo de golf y helipuerto
Hay historias de autos raros por el mundo y algunos se hicieron famosos por aparecer en el cine y en la televisión, hasta en los dibujos animados.
Pero encontrar un vehículo capaz de albergar una cancha de golf, un yacuzi y una pista para aterrizaje de helicópteros, además de tener confort y llevar pasajeros parece una locura.
Pero este sueño fue realidad ya ue en 1992 se completó la que se convertiría en la limusina más larga del mundo, la bautizada domo “American Dream”.
Construida a partir de dos Cadillac, esta limusina llegó a medir 30,5 metros de largo y podía albergar 72 asientos, lo que le permitió formar parte del Libro Guinness de los Récords.
American Dream usaba dos motores, 26 ruedas y dos choferes, en cada uno en los extremos, para simplificar el proceso de ir marcha atrás.
Como buena limusina, no debía escatimar lujos y contaba con jacuzzi, cama solar, colchón de agua, un pequeño green para jugar al golf, piscina, una antena parabólica e, incluso, un helipuerto para que el afortunado dueño no tuviera problemas para aterrizar el helicóptero.
El pequeño gran problema es que por su tamaño solo podía aventurarse en carreteras rectas, evitando las ciudades o las vías con curvas cerradas.
Una vez concluida su aventura comercial, la extravagante limusina terminó abandonada en un depósito de New Jersey donde su creciente deterioro y el costo de la reparación impidió su restauración.
En 2014 fue mandada a un museo de Nueva York, donde los estudiantes pueden practicar reparaciones avanzadas.
El diseñador y fabricante de este aparato infernal fue Jay Ohrberg, uno de los customizadores de autos más famosos.
Ohrberg transportaba autos de exhibición por USA y Canadá, descubriendo el sentido de veneración que tenía gran parte del pueblo norteamericano por este tipo de vehículos.
Así, se decidió a desarrollar diseños peculiares para construir sus autos propios.
Pronto comenzó a diseñar automóviles que no sólo eran de aspecto extraño, sino que se fabricaban a con materiales que la gente veía su vida diaria.
Esto le hizo ganar bastante dinero y le permitió seguir financiando sus propios proyectos y hacer vehículos de diseño cada vez más extraño.
Además su fama llegó a Hoolywood diseñando autos para varias películas y series como Ford Gran Torino de “Starsky & Hutch”, el auto de “La Pantera Rosa”, el DeLorean de "Volver al Futuro”, y el auto "Fantástico".