Opinión
Sanción virtual, polémica real
Fue muy bueno el espectáculo que brindó el Súper TC 2000 en Oberá. Se juntó todo: el circuito, el nuevo piso, el marco de público, el ambiente festivo ayudaron para que sea la fecha más colorida. Colorida y caliente, en especial con las polémicas que se vivieron en definiciones de puestos importantes. Se sabe desde que se corre en Oberá, que las maniobras de sobrepaso en este dibujo, incluso con el alargue de 2007, son muy apretadas, muy dificiles y siempre con roces. No saber eso, es desconocer mucho para pensar una carrera. Oberá tiene un dibujo aborrecido por algunos pilotos y encantador para otros. La carrera tuvo un pico de dramatismo con la tenaz amenaza del Chevrolet de Agustín Canapino sobre el Fiat de José Manuel Urcera, protagonista de primer nivel en las últimas tres fechas con una victoria en Alta Gracia. La persecución fue asfixiante hasta que sucedió lo que todo el mundo vió. Los autos llegaron muy apretados en una curva, se rozanron y ambos perdieron el radio de giro y se fueron de la pista. Las autoridades sugierieron que Canapino devolviera el lugar y lo hizo. Bernardo LLaver les ganó la carrera con otro Fiat. Historia conocida.
Canapino no tiene paciencia cuando ataca. Es su estilo, pierde la serenidad, se pasa de rosca y entonces pueden pasar dos cosas. O termina mal todo lo que va construyendo o hace la gran maniobra del día y sale airoso y ganador. Siempre va al frente, como a todos nos gusta en las carreras, Nada de especular, esperar o cuidar. Canapino sabía que tenía un auto para ganar (Chevrolet no gana desde 2014). En la fecha anterior su compañero Norberto Fiontana estuvo a metros de hacerlo pero una goma rota lo privó del festejo.
Antes de Oberá Canapino tuvo problemas cuando puso en marcha el motor para la carrera. Hubo que sacarlo y repararlo. Tras ese sofocón llegó muy afilado a Misiones. El sábado voló para sacarle la pole a un Urcera tremendamente veloz.
La historia del domingo empezó con la serie cuando se hartó del ritmo del Toyota de Matías Rossi adelante y no pudo superarlo a pesar de buscarlo todo el tiempo. En un momento dado en la pantalla de la computadora de tiempos oficiales apareció la leyenda: 'análisis de maniobra autos 5 y 7' (Canapino y Rossi). Estuvo un instante y desapareció. Sin embargo en el equipo la vieron, en la televisión se anunció y Canapino se enteró. Rossi ganó con Canapino atrás. Minutos después de terminada la serie, Agustín se dirigió al semi de la CDA, pidió por los Comisarios Deportivos y habló con Diego Mesa. 'Vino a hablar acerca de conceptos' se escuchó decir de las autoridades. Traduciendolo Canapino fue a preguntar cómo debía correr. Cabe aclarar anuncio de un 'análisis de maniobras' no implicó sanción, pero sí precaución.
Lo de la final todos lo vimos. Una maniobra apretada, discutida, difícil pero que las autoridades advirtieron. Sugirieron que Canapino devuelva la posición a Urcera. Canapino advertido, lo hizo. Llaver se llevó la carrera, Urcera lo acompañó en el podio y Canapino desapareció. 'Siento que no tengo nada que festejar', dijo. Argumento que sirve, pero que no invalida el plantón en el podio. Las autoridades dieron su punto de vista respecto de la maniobra. No tardaron en advertirlo. Era eso o esperar una o dos horas de deliberaciones con cámaras, declaraciones y análisis de imágenes. Lo curioso de todo esto es que en ningún caso hubo sanciones. Ni en la serie, ni en la Final. Fueron dos advertencias. Una se hizo pública por un instante y la otra se conoció en boca de Luciano Monti, director en Chevrolet: 'nos dijeron que Canapino debe devolver el puesto'. Inusual al menos. Ni hubo sanción. Pero la polémica se instaló fuerte.